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La degradación de la condición humana en Argentina

Economic crisis that will affect the world grow of inflation and fuel price. Bankruptcy and declining stocks

Nada tiene valor existencial desde el momento en que no lo tiene la vida humana. Esa premisa debe ser trasladada a la situación en que se encuentra nuestra existencia como trabajadores dentro de esta sociedad de clases.

 El poder burgués desde su gestión de gobierno en un régimen republicano da muestras de esa situación de total falta de apego a la vida y exige que se tome como premisa prevalente a partir de la noción individual y utilitarista que tiene de la libertad diversa aún de la que dio fundamento a la revolución francesa que la colocó en la condición de clase social dominante en la faz creciente del capitalismo.

Por esa circunstancia, todo el personal político burgués se acomoda para acompañar al partido del gobierno y sus socios ideológicos en una operación y acción política que busca una suerte de revolución restauración simbólica en todos los extremos culturales que eran configurados hasta entonces por consenso social que institucionalmente devino caduco tras los resultados explícitos de la farsa electoral , y que lleva al ungido presidente  y la vicepresidente en tanto cabezas de los poderes ejecutivo y legislativo a poner énfasis constantemente en esa ruptura y defunción de lo dado por gestos provocativos pero emblemático como lo son los cambios de nombres de instituciones, el retiro de imágenes, los discursos reivindicativos de la institución militar vestido como tal, etc. Este acuerdo restaurativo esta visiblemente expuesto en la posición de los gobernadores y otros bloques legislativos que se gastan en señales de concordancia en esos extremos, dejando en claro que su desacuerdo no es ideológico sino de protección de sus finanzas estaduales.

El poder formal acopia como tesoro la repulsa que mide en la base de la sociedad civil, hacia la gestión anterior y sus paradigmas , a los que culpa de llevarlos hasta el presente escenario de miseria y barbarie, que incluye que por razones de costos económicos no se atiendan demandas de salud. Lo central, sin embargo, es que todo esto es funcional al objetivo buscado en términos estratégicos, que es ocultar el carácter conservador del proceso en su conjunto con perfiles de renovación de la acumulación primitiva de capital del que quedan excluidas las masas populares y en particular la clase trabajadora en sí.

Por medio de la intervención legislativa o el autoritarismo práctico de los D N U del ejecutivo se están introduciendo en la estructura del capitalismo tardío y dependiente de nuestra sociedad, modificaciones sustantivas que implican en todos los casos, acentuar la concentración y la apropiación del valor creado en la producción a manos de los grandes grupos económicos como única “solución “superadora para destrabar y desarrollar las estancadas fuerzas productivas.

Ese es el actual escenario de la batalla constante de las clases sociales en pugna dentro de nuestra sociedad. En este plano, para todo aquel que se perciba como propagandista de la revolución social, es importante tener presente una cuestión del plano subjetivo fundamental para evitar la reiteración de fracasos y frustraciones que dejan esfuerzos militantes individualmente prolongados sin trascendencia política en los hechos.

Es relevante tomar en cuenta que la acción militante desde las fuerzas de los trabajadores no puede darse si primordialmente si no se ama la vida.  Eso hace que la consecuencia necesaria de esa premisa sea tener bien en claro que la revolución no puede dar sentido por sí a nuestras vidas, sino que ocupa el lugar de medio para el acceso a la vida humana digna.

Cuando en días pasados se hizo un uso extenso de la noción de memoria activa y se la exaltó como factor trascendente, lo que no se dejó sin embargo a la luz es que los caídos en el combate proletario contra el enemigo de clase no se involucraron de modo consciente en una suerte de juego o camino del que no tenían consciencia de sus elementos constitutivos. La revolución ha sido en aquel caso y es con los contornos y perfiles actuales una tarea cuyo logro aligera el peso que las condiciones sociales de existencia de cada trabajador en tanto transitamos en un orden social que impide vivir. La revolución no conforma un fetiche con el que se responde a cada obstáculo de la existencia, sino un instrumento de acción política que solo tiene sentido como medio que se concentra en una lucha contra lo que agoniza y puja por pervivir aún a costa de la condición humana misma.

El retroceso cultural que implica el programa de la libertad avanza y los grupos burgueses a cargo del poder formal estatal, hace necesario un esfuerzo consciente y determinado en evitar la naturalización por consenso de esa refundación burguesa conexa a la gestión de un nuevo proceso económico de acumulación de capital.

El carácter permanente de la acción revolucionaria de los trabajadores como clase, impone combatir en todos los ámbitos de la vida cotidiana la naturalización ideologizada de los planos arquitectónicos del orden burgués. Es tarea socialmente necesaria, por parte de la autogestión de las masas trabajadoras, y su organización política convertir nuestros acuerdos que instintivamente niegan lo actuado por el poder burgués en hechos que los impidan continuar desarrollándose

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