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Nuevo Curso

LA CABRA Y LA CLASE TRABAJADORA.

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Son tiempos en que, los que luchan se congregan en una plaza a la que algunos concurren por determinación consciente y otros transportados en simbólicos encordados, por quienes se dicen sus dirigentes , urgidos los primeros por obligaciones que se siguen de su estado de necesidad permanente

La desazón e se condensa en el cese de la jornada en un final sin día después

Los pastores se refugian en sus sitios web, muestran las fotos de la marcha y tiran afirmaciones al voleo depositando las culpas en el otro y exaltando los “aciertos” propios .

En paralelo , quienes tienen la posición dominante en eso que implica hegemonizar la cultura y a la vez, dominan el espacio superestructural han producido en la semana diversas operaciones políticas todas y cada una orientadas al salvataje de su condición que se ve amenazada por las contradicciones que emergen del modelo capitalista de reproducción social donde obtienen su ser y protagonizan corporalmente la apropiación del valor que generan los explotados

Así descripto el fenómeno, conviene aferrarse a discursos que ya han sido apropiados por toda nuestra sociedad. En ese sentido resulta pertinente analizar si los gobernantes han usado en estos últimos días, desde la designación de “la griega” al anuncio de la designación de Massa la vieja jugada de la cabra. Esta forma de tratar al trabajador y a quienes han sido excluidos del mercado de trabajo, se basa en un cuento popular hebreo. Un señor vivía con su numerosa familia, -suegra incluida- en una vivienda muy pequeña. Agobiado por esa situación, pidió consejo a un rabino. La solución que le dijo fue: compra una cabra y métela en tu casa para que viva con vosotros, y dentro de una semana volvemos a vernos. Pasado ese tiempo, fue desesperado a contarle al rabino cómo el animal había revolucionado aún más su casa. Entonces le dio la segunda parte del consejo: ahora saca la cabra y mañana me dices qué tal estás. Efectivamente, al día siguiente fue contentísimo a agradecerle su consejo. Sin la cabra, vivían de maravilla, aunque la casa y sus numerosos huéspedes seguían como siempre.

     Desde esa perspectiva, puede verse que el poder real y el formal, mal que le pese a la vicepresidente no implican dos fenómenos autónomos sino uno mismo en relación dialéctica en la medida en que los gobernantes del Estado constitucionalmente establecido por la burguesía , no son otra cosa que operadores de los intereses objetivos de esta clase  tomada de conjunto y el espacio en donde los propietarios de los medios de producción tienen a bien dirimir sus contiendas específicas según el lugar que ocupen dentro del desenvolvimiento del capitalismo, atrasado y dependiente que define la estructura material de nuestra existencia.

    Siendo entonces el poder, un único y mismo fenómeno social complejo con raíces en la estructura productiva y la cultura de la sociedad civil lo vivido en esta última semana da cuenta de una gestión que implicó la salida de un modelo degastado y la instauración inicialmente fáctica y luego jurídica de un nuevo modelo de gestión política estatal donde la conducción la asume los mismos pero con diferente cuota en el reparto del aparato ideológico. Es decir, sacaron a Guzmán a quien todos reputaban en tiempos de distracción, colocaron la cabra, es decir, “la griega” y ahora arriba Mazza.

        En ese trayecto, las condiciones materiales de existencia se vieron afectadas por la apropiación novedosa de otra cuota superior a la existente al tiempo del desenlace de la operación novatoria, con los instrumentos que la política económica burguesa ofrece para este tipo de situaciones, esto es, devaluación-inflación, incremento de la carga impositiva, proceso en curso y del que se desconoce si esta llamado a su estancamiento transitorio o aún no han terminado de sacar la cabra del rancho.

         En este lapso, se protagonizaron experiencias evitativas y marchas de diverso tenor. Sin embargo al tiempo de ver que la cabra ya esta en vías de ser retirada del rancho, los movimientos sociales que están en la estructura del poder burgués, por vías de sus burócratas, como aquellos que amagan de combativos, vuelven a su sitio. Es decir, recordando una vieja canción de Serrat:”

 con la resaca a cuestas
Vuelve el pobre a su pobreza,
Vuelve el rico a su riqueza
Y el señor cura a sus misas.

Se despertó el bien y el mal
La zorra pobre vuelve al portal,
La zorra rica vuelve al rosal,
Y el avaro a las divisas.                 

    Como corresponde, ubicados intelectual y orgánicamente por fuera de esa convivencia en el rancho y la cabra, hay resaltar estos aspectos de la realidad que todo el sistema comunicacional, incluidas las llamadas redes sociales busca exhibir con otro formato, también previamente precocido. En esa perspectiva, deberá tomarse debida cuenta del rol jugado por cada uno de los personajes individuales o colectivos en escena y ver hasta que punto cada uno es quien es. Por lo pronto desde quienes dicen ser difusores de los intereses objetivos de los explotados, se vuelve a ver solo la reiterada vocación de poner en otro, por fuera del discurso propio, la razón de nuestros males. Será hora a la inversa, de ver porque le hacemos caso a quien todos los días nos hace el juego de la cabra

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