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Nuevo Curso

132 y 358  no son solo cifras Amabas requieren de la lucha obrera para su superación.

NUEVO CURSO

Abuelas de Plaza de Mayo anunció públicamente la restitución de Juan José, hijo de Mercedes del Valle Morales y cuyo padre aún no pudo ser identificado.  Presente en la Casa por la Identidad a través de videoconferencia desde Tucumán, el hombre de 47 años comienza o continúa en algún sentido el arduo trabajo de intentar reconstruir su identidad, su subjetividad, y con ello parte de su historia.

La madre de Juan, Mercedes, siendo militante del PARTIDO REVOLUCIONARIO DE LOS TRABAJADORES, tenía 21 años cuando fue secuestrada, junto a buena parte de su familia entre el 20 y el 26 de mayo de 1976 en Monteros, Tucumán. Juan tenía 9 meses y fue el único sobreviviente de esos operativos. Mercedes del Valle Moran, fue identificada por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) en 2010. Sus restos fueron exhumados en el Cementerio Norte, Tucumán

Mientras tanto, en los circuitos financieros ligados al mercado de monedas donde cotiza para compra y venta en forma ilegal el dólar, dejaron ver al cierre de esas acciones delictivas, que su relación con referencia a la moneda argentina de curso legal era de 358 pesos por cada dólar.

No sin esfuerzo, y con alto riesgo de generar interpretaciones ideológicas formadoras de falsa conciencia, se pueden asociar ambos fenómenos en la medida en que a poco que se repare en ellos se advertirá que son generados por un determinado orden social dominante -el capitalismo-, que requiere reproducirse a diario para garantizar la cantidad de valor apropiado del despliegue de fuerza de trabajo hecho por otros a los que les paga un salario. Basta incluso reparar en que Mercedes y el resto de su familia desaparecida era parte de esos trabajadores, al momento del hecho violento.

La desaparición forzada de Mercedes  del Valle Morales, ocurrió  en un contexto de la lucha de clases marcado por la tendencia del Estado de la burguesía  a terminar con toda resistencia a la implantación de un nuevo modelo de reproducción social del capital que exigía la liquidación previa del existente con todas sus manifestaciones, sea tanto en la objetividad de la producción, los ritmos de trabajo, o en el plano de la cultura con inicial socavamiento de los lazos solidarios entre los trabajadores y sus embrionarias expresiones políticas clasistas y socialistas,  para luego transitar hacia el más vergonzoso individualismo utilitarista, marcado de pragmatismo que no reconoce base humanista en sus determinaciones.

A partir del 9 de febrero de 1975, con el desembarco de las tropas del Ejército en Tucumán, los trabajadores tucumanos sufrieron una ocupación militar que implicó persecución, control sobre vida cotidiana, eliminación de todo tipo de garantías y la imposición de un plan sistemático de violaciones a las libertades democráticas. Tucumán, mediante el llamado operativo independencia tuvo por objetivo el terror y la disciplina miento de la población a partir de secuestros y torturas, llevados adelante a plena luz del día, en centros clandestinos de detención que funcionaron en todo tipo de instituciones y edificios públicos y privados.

Son las condiciones de la desaparición las que dejan el número 132, la cifra, vacía de toda sustancia y lo presenta rudamente como lo que es, una abstracción que requiere del necesario contenido contextual con proyección al presente.

En esa abstracción es posible, y así se hace necesario, poner el dato histórico en relación con este presente de inocultable desasosiego en lo que respecta a las condiciones de existencia, marcado por una suerte de dolarización fáctica, gestada desde el capital financiero , que somete a los trabajadores a la depreciación de su salario por vía del incremento de los precios, que los especuladores de hecho solo fijan al valor dólar, haciendo que la moneda nacional se transforma en un simple símbolo que facilita el cambio interno , pero incapaz de cumplir las demás funciones que el capital le asigna a la mercancía dinero.

   Los tiempos en que se gesta la tragedia del hoy nieto 132, y todo su entorno familiar daban evidencia del monstruoso y verdadero rostro represivo del Estado y la burguesía que lo detenta al punto de habilitarse con consenso legal para privar a un ser humano de su identidad e impedirle su desarrollo afectivo como sujeto. Con el mismo rostro enmascarado por la siempre presente sonrisa del político de turno hoy, el mismo monstruo estatal, puede aceptar por complicidad manifiesta que se imponga una suerte de dolarización de hecho de la estructura económica que lleva los precios de las mercancías a extremos que implican en la realidad el corrimiento de la línea de pobreza e indigencia hacia mayor cantidad de personas.

Quienes hoy sufren las consecuencias de este nuevo ataque, con pobreza y miseria, que le implica vida miserable, hijos no educados, falta de vivienda, salud, vestimenta y alimento suficientes son los desaparecidos de nuestros tiempos, solo registrados cuando aciertan a recibir una mísera asistencia social, y las víctimas ineludibles de la violencia social que se descarga por las fuerzas del aparato represivo en contextos de convivencia social de manifiesta precariedad.

El número, la cifra, la abstracción, la pretendida “recuperación “de lo irrecuperable, el testimonio sobreviviente que toma cuerpo humano y dice presente, pese a todos los artificios de ocultamiento, son bandera de los hoy explotados y oprimidos y a la vez prueba de cuánto puede de una clase sobre otra para imponerle su dominación cultural opresiva que hace que pasadas las décadas los sucesos parecen que no tienen nada que ver uno con el otro y de esa forma, con uno se oculta el otro.

   Reconfortados por el resultado de una búsqueda y por ella de reconocer a  un ser humano que no es un número y que sin duda vive su propio drama individual en el contexto de una acción armada desplegada sobre sus familiares  hoy desaparecidos , estimamos necesaria  una campaña de frente único por la vigencia de libertades democráticas, regularmente violadas por el actual régimen , que exija la entrega y apertura de los archivos de todas las fuerzas represivas del Estado durante el período 1972 -1987 y el total esclarecimiento de los hechos que derivaron en la desaparición o muerte de personas durante el actual régimen constitucional.