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Nuevo Curso

SISTEMAS PROCESALES – REPRESIÓN POLICIAL POLITICA CRIMINAL Y NIÑEZ ENCARCELADA . APORIAS QUE LIGAN A SANTA FE CON JUJUY

NUEVO CURSO

       Según suelen decir quienes se adentran en estas cuestiones, la palabra aporía surge  en Grecia, para designar un problema específico que se presentaba cuando se efectuaba una pregunta que no tenía respuesta. Parece ser que frente a la cuestión  los antiguos filósofos griegos (especialmente los academistas) solían utilizar la vos “aporía”, con el significado de «no concibo esto» o «esto no puede ser aclarado». También recibe el nombre de «aporía» la fase de la mayéutica de Sócrates en la cual aparece el «falso saber» para ser develado.

        Una aporía es una situación que se presenta cuando en el discurso que realiza una persona este deja ver contradicciones o dificultades lógicas de  carácter  especulativo frente al fenómeno que se pretende describir.

Sin embargo, hay que aclarar que esa no es una situación fija o estática , en la medida en que muchos textos o narraciones,  que en su momento fueron señalados como contenedores de paradojas irresolubles, luego éstas, fueron resueltas merced a los avances cognitivos o a los cambios de paradigmas, de cosmovisión o de episteme.

        Toda esta descripción viene a cuento para decir que  en Santa Fe  estamos frente a una aporía, contenida en el discurso oficial y en el de la presunta oposición . Ocurre que el Estado hace públicas sucesivas proclamas de definición política constante buscando encuadrar las instituciones en la comprensión de los problemas desde la visión de género. Solo a título de ejemplo se lee con tinte positivo la adhesión a la llamada ley Micaela. Sin embargo y en paralelo, esa misma estructura de poder sostiene un sistema de enjuiciamiento penal juvenil en el que sus magistrados dicen aplicar el sistema inquisitivo,        que desconoce libertades y garantías para ellas, respecto del sujeto que es pasible de una acusación penal . Finalmente en Jujuy , se habla, se polemiza , se sanciona normas, en clave “constitucional”, se dice que no se resguarda la protesta social y se pide su vigencia, mientras el mismo gobierno que sanciona la ley superior , violenta garantías, encarcela menores, lesiona a personas jóvenes y pone límite al derecho de peticionar ante las autoridades.  Cabe entonces la pregunta y respuesta de los griegos, ¿esto puede ser aclarado?

           Hace ya un tiempo prolongado que el mismo Estado instauró para las personas mayores de edad, el enjuiciamiento penal con un formato de juicio oral y público , de lógica adversial con principios de concentración y economía procesal. No obstante esa estructura no se proyectó en lo pertinente hacia el fuero penal juvenil, aun cuando ninguna norma vigente lo impide en sentido estricto. En igual medida los senadores de la provincia se han ocupado de trabar toda iniciativa legislativa explícita en el sentido de acabar con la cuestión, dotando al poder judicial de una nueva norma adjetiva , acorde indubitablemente con la constitución provincial y nacional.

         De esta forma el mismo orden jurídico burgués tropieza en un contradictorio que proyecta más allá de la forma jurídica para dejar en  evidencia una definición política de ligar a los jóvenes de nuestro territorio, en especial a los de las barriadas urbanas a modelos de enjuiciamiento donde el Estado se empodera sobre sus cuerpos con intervenciones arbitrarias propios de una sociedad de arquetipo cultural patriarcal, el mismo que por otro lado se denosta en el discurso abierto en defensa de la cuestión de género.

         De esta forma tanto víctimas como imputados sufren los arbitrios del poder , que habilitado por formas de enjuiciamiento que remontan a los comienzos del siglo pasado, dispone de sus cuerpos erradicando todo significante de subjetividad para encorsetar por vías de hecho a los jóvenes en el formalmente derogado modelo del patronato, tan denostado desde obras clásicas del saber criminológico como “los salvadores del niño”

           Hoy se enuncia desde el poder nacional, en el área específica del ministerio de justicia, que resulta insuficiente acudir a la idea de “niño” y se postula con “arrojo” cambiar la celebración del día del niño, por la de día de la infancia, alegando que con eso se consigue mayor inclusión.  Sería bueno que la sociedad reflexionara que importante cantidad de “niños” en uso de nomenclatura propia de la Convención Internacional de Derechos del Niño, o “infantes” en el anhelo del gobierno nacional, afrontan esta celebración desde pabellones de encierro eufemísticamente llamados centros de recuperación o rehabilitación, producto del imperio de este modelo de enjuiciamiento obsoleto, confrontativo con la dignidad de la persona humana, que habilita a que un órgano del Estado , “disponga” de su vida, cercene su libertad, con afán manifiesto de tutela y concreta realización del proceso selectivo de la norma penal sobre los sectores más vulnerables de la sociedad.

           Vencer este fenómeno no está planteado , aún en campaña para la farsa electoral . Tampoco en apariencia lo está para  las fuerzas políticas que se autoadjudican la representación de los trabajadores y demás sectores oprimidos a pesar que es esa clase social y esos sectores la principal perjudicada por este signo represivo de la política criminal.

La cuestión no es menor, a la luz de cuanto sucede en estos últimos días en otras provincias en torno a definiciones normativas de raigambre constitucional que pretenden imponerse y son a la vez observadas desde la lucha de calles . Ambos factores (la ausencia de un sistema de enjuiciamiento penal para jóvenes con respeto de sus libertades democráticas y el trazado de una arquitectura jurídica por via de la nomra constitucional reformada para mejor conducir a la reproducción social del capital), son indicadores normativos sea por ausencia o presencia controvertida, de la crisis política que presenta la gestión de los intereses de la burguesía desde el poder en combinación con la que opera en la relación social capital-trabajo en la base productiva.

 La situación es políticamente crítica para la burguesía, porque los acontecimientos dejan ver, por su prolongación en el tiempo o por emergencia ,la incapacidad de esa clase social para imponer y lograr consenso acerca de  la vigencia de la forma republicana por sobre los sistemas de poder autoritarios , ya que ,si ese resultado no se logra, no se estará haciendo otra cosa, que confesar la inviabilidad de las libertades individuales y democráticas en nuestra sociedad. Se estará manifestando que el Estado, es paradógico en su proceder y estéril en sus declaraciones manifiestas, aunque eficiente en su rol de órgano ejecutor de la  dominación de clases.

        Mientras tanto, y mientras esto continúe tal como se lo describe,  como los griegos,  y en forma desgarrante, todo invita a una sola palabra :“aporía”. Es la clase trabajadora, quien debe comprender el fenómeno desde su perspectiva de clase y en forma autónoma apuntar a la resolución de esta preminencia estatal del  poder burgues y demoler esa conducción imponiendo la vigencia del poder obrero , con programa socialista.