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Nuevo Curso

PERIODISMO “progre” . LA CONSTRUCCIÓN IDEOLÓGICA DEL ASOMBRO UN OBSTACULO PARA LA CONFORMACIÓN DEL FACTOR SUBJETIVO DE LA REVOLUCION

De lejos dicen que se ve más claro

Que no es igual quién anda y quién camina

Y supe que el amor tiene ojos verdes

Que cuatro palos tienen la baraja

Que nunca vuelve aquello que se pierde

Y la marea sube y luego baja

Supe que lo sencillo no es lo necio

Que no hay que confundir valor y precio

Y un manjar puede ser cualquier bocado

Si el horizonte es luz y el rumbo un beso

De lejos dicen que se ve más claro

Que no es igual quién anda y quién camina

Y supe que el amor tiene ojos verdes

Que cuatro palos tiene la baraja

Que nunca vuelve aquello que se pierde

Y la marea sube y luego baja

Supe que lo sencillo no es lo necio

Que no hay que confundir valor y precio

Y un manjar puede ser cualquier bocado

Si el horizonte es luz y el rumbo un beso

No es que no vuelva porque me he olvidado

Es que perdí el camino de regreso…

SONETO A MAMA J.M SERRAT

En estos días, y para no faltar a una inveterada costumbre de los sectores medios de los centros urbanos argentinos, se difundió un artículo escrito por Martín Caparrós en el diario El País de España, que es su actual país de residencia. Su título “Argentina, el país que se cree dulce de leche”

Lo que sigue a su divulgación es esa mixtura de asombro e inmovilismo que le quedó a esos sectores como única enseñanza de las prácticas genocidas desenvueltas por el Estado que institucionaliza el poder burgués desde 1972 para los tiempos que corren. Es decir, la lectura, el comentario, la pose de asombro estudiada y luego, luego que siga el baile, total todo el año es carnaval y en el caso más extremo, silbando “cambalache”, en particular, por eso de:

Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé

En el 510 y en el 2000 también

Que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafa’os

Contentos y amarga’os, valores y doblé

Pero que el siglo 20 es un despliegue

De maldad insolente, ya no hay quien lo niegue

Vivimos revolca’os en un merengue

Y, en el mismo lodo, todos manosea’os

Dentro del texto, el autor hace una enumeración que reproducimos para mejor entendimiento:

un futbolista derribaba a un árbitro y, ya en el suelo, lo desmayaba de una patada en la cabeza. Se habló mucho: la violencia en el fútbol es un tema nacional. Identificado el pateador, Williams Alexander Tapón, un muchacho rubio al que llamaban Dimitri, resulta ser un muchacho de 24 años, que, para esos sectores medios, resultó ubicable dentro de un pibe más del conurbano. Mas tarde, días después, Williams Alexander Tapón se mató de un tiro en la cabeza y su cuerpo fue ubicado abandonado dentro del inmenso territorio de la miseria social en el que siempre habitó.

Destaca Caparros que “Hace 100 años la Argentina era una de las diez naciones más ricas del mundo; hace 50 tenía 3% de pobres; ahora no tiene siquiera una moneda real y mantiene una deuda impagable, una inflación de más del 100% anual y un 40% de pobreza; casi el 10% de su población no come suficiente

 En segundo orden se advierte -siempre en el texto comentado- que en octubre hay elecciones presidenciales y el candidato oficialista peronista es su ministro de Economía, Sergio Massa, un abogado que asumió el cargo en agosto de 2022. Entonces había una inflación del 7% mensual, y su gran promesa inaugural fue que en marzo de 2023 la dejaría en 3%; en marzo la inflación fue del 8,4%, y sigue así.

 Desde otro punto de esa mirada “desde fuera” propia del cronista, se agrega que “Como se empeñaron unos cuantos en suponer que un clown de extrema derecha, Javier Milei, podía guiar su lucha contra la “casta política” legalizando la venta de armas, de bebés y de órganos humanos. Y ahora se encuentran con que una docena de sus (ex) candidatos a diversos cargos ha denunciado que su (ex) líder vende esas candidaturas al mejor postor: 50 o 60.000 dólares por puesto. Pero todavía hay un 15% de la población que podría votarlo: nos empeñamos, sin duda, con vehemencia.

Igual una desaforada ex peronista hoy derechista sin tapujos, Patricia Bullrich, puede postularse con posibilidades diciendo por ejemplo que nuestro sistema educativo no funciona porque “la mitad de los alumnos de la universidad de Buenos Aires son extranjeros” cuando son, en realidad, el 5%. O prometiendo mano dura contra todos, ……uno de cada cinco compatriotas –por lo menos– se empeña en creer que ella, ignorante y acomodaticia, sí podría.

Finalmente, y para el paladar de los sectores medios modelo “yo no fui”, dice Caparros refiriéndose a los candidatos, que “ninguno explica cómo va a reparar el desastre económico que causa todo esto. Es más: todos ellos –salvo el vendedor de niños y de cargos– han sido parte de gobiernos que produjeron y profundizaron el desastre. No es fácil esperar mejor futuro de tan mal pasado. Pero sería liviano condenarlos: importa pensarlos como productos y referencias de un país que se cree lo que no puede ser, que insiste en elegir a los mismos que lo arruinaron y lo arruinan, que consigue suponerse una grandeza porque docena y media de sus muchachos –que viven y trabajan en Europa– ganaron un torneo de fútbol………………”

Son difíciles: más de la mitad de los chicos argentinos son pobres y un tercio no come lo que querría. Pero, sobre todo, no tienen expectativas, esperanzas. Hace tres meses un chofer de colectivo/autobús/bus fue asesinado por unos ladrones en un suburbio bonaerense para robarle cuatro pesos. Sus colegas se cabrearon tanto que corrieron a trompadas al ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, un militar y matón consumado. La policía acaba de detener por el asesinato a un chico de 15 años.

Hace un mes en el Chaco, una de las provincias más pobres del país, un muchacho de 19 mató a su novia de 28, la descuartizó, la quemó, repartió sus pedazos y enseres por el campo e hizo asfaltar 500 metros de calle para tapar el sitio donde había enterrado algunos restos. Pudo hacerlo porque su padre, ex militante de los desocupados, se había hecho rico y poderoso manejando los dineros que el Estado entrega para construir vivienda social, alimentar a los más hambrientos y, sobre todo, asegurarse la –carísima– lealtad de esos dirigentes y sus seguidores. El padre y la madre del asesino poseían una granja, una chanchería, ocho o diez vehículos, mucho dinero en efectivo; ahora están presos por complicidad en el feminicidio de su adolescente. El Estado fracasa de todo tipo de maneras”

. El artículo periodístico concluye con algo que parece una conclusión pero que en realidad es más de lo mismo o por lo menos se inscribe en aquello que denuncia padecemos; “No sabemos: eso es lo que sabemos. Es brutal ver cómo un país se degrada, se deshace, y sentir que no podemos hacer nada, que nuestra generación ya no hace nada bueno, que la siguiente no parece mejor, que nadie o casi nadie quiere o puede hacer nada por ahora, que millones se desesperan por lo que hacen sus dirigentes y los siguen votando y todo cae. Es duro ver cómo nos vamos a la mierda y a veces, cuando podemos, simulamos que es dulce de leche.”

Son los sectores medios de nuestra sociedad, en particular los que se anudan en los grandes centros urbanos de Argentina, los que consumen esta mercancía oportunista. Son esos mismos sectores los que habilitan inveteradamente que para bien o mal, le pontifiquen desde fuera con verba autorizada el mito de la perdida que significa para todos ellos, haber perdido la “Argentina educada de décadas pasadas”, como principal añoranza y causa eficiente de todo lo que se describe con “patético asombro y horror”.

Es cierto que ese modelo educativo fue demolido, pero lo que no se dice es por qué se derrumbó, siendo que, dentro del mismo, se nuclea en ese espacio de la vida social, el sector más activo si se quiere de la clase trabajadora que son los docentes. Estos hicieron “marchas blancas”, paros parciales, generales y extendidos, pero siempre poniendo en último punto del reclamo el problema del sistema educativo y primero las paritarias, es decir, primero el factor económico inmediato estructurado en torno al precio de su fuerza de trabajo como lo prioritario y lo demás de relleno para no quedar por fuera de la demanda de los niños, adolescentes y sus representantes legales, sus padres de no quedar por fuera del sistema educativo.

Lo que no se dice respecto de la educación es que  su “degradación “ no es un fenómeno argentino, sino de un continente íntegro llamado a otro modelo de acumulación capitalista que no exige en su reproducción crítica , de instruidos trabajadores , siendo que a esos sectores medios “asombrados”, difusores del discurso modelo Caparros, por ser el que mejor les sienta eso les importe poco y nada, porque a la par están persuadidos como lo ha dicho la vicepresidenta que el Capitalismo es el único modelo de orden social posible.

Sin embargo, y sin leer a Caparros, los grupos humanos congregados en torno de la economía formal, en particular cierto núcleo de trabajadores “acomodados” dentro de las prioridades del modelo que reproduce la gestión de gobierno del Estado burgués, tampoco son ajenos a esta forma de pensamiento que traduce en la actitud hipócrita del “asombro” y el reproche puramente ético. Suele suceder con frecuencia que, a algunos trabajadores, manejando un auto se le escuche el consabido “que país de mierda” porque se tiene que detener por un corte o porque ve en un televisor o una computadora que hay personas, muchos asalariados como ellos, que reciben palos de agencias de represión montadas por el Estado, que reciben violencia de todo tenor sobre sus cuerpos y sus demandas sociales inmediatas,

Lo cierto es que, cuando se apague la compu, se cierre el teléfono, se cambie de canal, se de vuelta la pagina del diario impreso, la vida sigue y prosigue dentro de estos modelos, que en el futuro inmediato están habilitados para generar nuevos “asombros” y denuncias sutilmente periodísticas desde cómodos sitios de existencia “ganados” para discurrir a seguro de no ser contaminado ni contagiado del modelo argentino, desde Madrid.

El socialismo científico parte de la lucha de clases para explicar la realidad social y su desarrollo histórico. Trotsky nos ha legado obras maestras de análisis político precisamente porque supo desvelar el mecanismo de la lucha de clases que determina, en último análisis, todos los tumultuosos acontecimientos de nuestra época. Los historiadores y los periodistas pequeñoburgueses han asimilado, desde hace tiempo, la técnica del método marxista para poner en claro, como dicen con una placidez conmovedora,” tal o cual aspecto de la realidad social”. Pero cuando se trata de aplicar rigurosamente este mismo método al conjunto de la actualidad inmediata, su pensamiento tropieza invariablemente con su propia naturaleza social.

Lo cierto es que el objetivo escenario descripto selectivamente por el periodista ,  en tanto oculta que en el mismo momento que sucede lo que describe, ocurre una revuelta social y una represión generalizada de amplios grupos de la población jujeña por el poder burgués de ese estado provincial  , tiene la virtualidad de dar cuenta de una crisis social que se traduce asimismo en una crisis política al interior de la burguesía, demostrando que los de arriba no saben como salir de esto y los de abajo no pueden al menos concentrar sus demandas diversas, en un programa general de cambio que resulta imperiosamente necesario para escapar a esta barbarie que nos espeja Caparros.

Dentro de las herramientas que la historia aporta para el empleo consciente de la clase trabajadora en la lucha de clases y en la búsqueda de sus objetivos estratégicos de naturaleza revolucionaria, está la tesis que se expresa en el programa fundacional de la IV Internacional según la cual;

La situación política mundial del momento, se caracteriza, ante todo, por la crisis histórica de la dirección del proletariado.

La premisa económica de la revolución proletaria ha llegado hace mucho tiempo al punto más alto que le sea dado alcanzar balo el capitalismo. Las fuerzas productivas de la humanidad han cesado de crecer. Las nuevas invenciones y los nuevos progresos técnicos no conducen a un acrecentamiento de la riqueza material. Las crisis de coyuntura, en las condiciones de la crisis social de todo el sistema capitalista, aportan a las masas privaciones y sufrimientos siempre mayores. El crecimiento de la desocupación ahonda a su vez la crisis financiera del Estado y mina los sistemas monetarios vacilantes. Los gobiernos, tanto democráticos como fascistas, van de una quiebra a la otra…. Las charlatanerías de toda especie según las cuales las condiciones históricas no estarían todavía “maduras” para el socialismo no son sino el producto de la ignorancia o de un engaño consciente. Las condiciones objetivas de la revolución proletaria no sólo están maduras, sino que han empezado a descomponerse. Sin revolución social en un próximo período histórico, la civilización humana está bajo amenaza de ser arrasada por una catástrofe. Todo depende del proletariado, es decir, de su vanguardia revolucionaria La crisis histórica de la humanidad se reduce a la dirección revolucionaria.

Vista el fenómeno en sí desde el marco de la teoría general que nutre el programa socialista por el despliegue de un método de comprensión e intervención en la realidad en tanto es resultado de la experiencia de la clase trabajadora en sí, las peculiaridades que dan el marco al desarrollo de los acontecimientos sociales en esta región del mundo donde nos ubicamos, no hacen que pueda de ello, inferirse que existan excepciones históricas a las que no pueda aplicarse esa teoría general.

 Dicho de otra forma, la realidad tan triste y sin aparente remedio según el discurso oscilante de la pequeña burguesía urbana no es una especificidad de nuestra nación sino un problema que toma cuerpo a partir de las relaciones sociales capitalistas imperantes, siendo por ende la teoría de la revolución y su programa socialista, la herramienta necesaria para emprender contra ese fenómeno decadente, que enuncia la barbarie, de un modo superador

En ese espacio está incluida la relación entre las condiciones objetivas y subjetivas dentro del proceso histórico en el que discurre la revolución que supere el orden social capitalista.

Con claridad esa teoría general nos indica qué es necesario en ese curso histórico, un partido marxista leninista, esto es, «personas fundidas por una comunidad de ideas que se agrupan para dar vida a las concepciones marxistas, es decir, para llevar a cabo la misión histórica de la clase obrera.

 Esa afirmación  implica además la explicación suficiente como para comprender problemas que Ernesto Guevara supo puntualizar en interrogantes. Es decir, la organización necesaria de la vanguardia obrera en un partido político que centralice y dirija de modo consciente las acciones que se protagonizan por los trabajadores en la lucha de clases nos permite entender y solucionar:

 “ cómo un partido puede vivir aislado de la masa, cómo debe estar en permanente contacto con ella, cómo debe ejercer la crítica y la autocrítica y ser muy severo con sus propios errores; cómo no debe basarse solamente en conceptos negativos de lucha contra algo, sino también en conceptos positivos de lucha por algo, cómo los partidos marxistas no pueden cruzarse de brazos esperando que las condiciones objetivas y subjetivas, formadas a través del complejo mecanismo de la lucha de clases, alcancen todos los requisitos necesarios para que el poder caiga en manos del pueblo como una fruta madura. Enseña el papel dirigente y catalizados de este partido, vanguardia de la clase obrera, dirigente de su clase, que sabe mostrarle el camino el triunfo y acelerar el paso hacia nuevas situaciones sociales. Insiste en que aún en los momentos de reflujo social, es necesario saber retroceder y mantener firmes los cuadros para apoyarse en la próxima ola y avanzar más lejos, hacia el fin fundamental del partido en la primera época revolucionaria, que es la obtención del poder. Y es lógico que este partido lo sea de clase. Un partido marxista-leninista mal podría ser de otra manera; su misión es buscar el camino más corto para lograr la dictadura del proletariado y sus militantes más valiosos, sus cuadros dirigentes y su táctica salen de la clase obrera”.

Desde esa perspectiva, el apego con el que fuerzas del FITU, pone su centralidad militante en el objetivo de conformar un entramado con los sectores de la llamada izquierda peronista progresista y en particular con Juan Grabois alentando esperanzas de su apoyo implícito tras ser derrotados por Massa en las PASO, no puede adquirir viabilidad dentro de un programa político adscripto a los lineamientos de la teoría de la revolución permanente. No puede concebirse que la construcción del socialismo se inicie con una intervención relevante de un partido de la clase burguesa como lo son conceptualmente los grupos indicados ya que un partido que tuviera entre sus integrantes una buena cantidad de explotadores y éstos fueran encargados de fijar su línea política distorsiona los objetivos estratégicos del proceso de cambio social. Evidentemente, una agrupación de ese tipo sólo puede dirigir la lucha en una etapa de liberación nacional, hasta ciertos niveles y en determinadas circunstancias, pero esa tarea, que no puede dividirse en etapas, sino que debe ser vista como un decurso permanente, solo puede ser encarnada por el partido de la clase trabajadora, en particular con la vanguardia de esa clase.

El partido revolucionario construido con objetivos de esa naturaleza encarnados por la vanguardia de la clase trabajadora se presenta en este contexto, con entidad para ser capaz de afrontar las tareas de la construcción del socialismo con más fuerza, con más prestigio entre las masas.

Es la vanguardia trabajadora la que debe atraer para si desde su conducción política la dirección del proceso histórico con propósito revolucionario. Es esa presencia de una organización colectiva que permite emprendérselas de modo consciente contra la alienación individual del trabajador en su vida cotidiana por vía de la prevalencia de un programa socialista emancipador que exige ser propagandizado y concretado en organismos propios de poder obrero, la que se impone por sobre el “asombro” éticamente hipócrita y funcional al poder de los sectores medios.

El testamento de León Trotsky, un documento simple y complejo a la vez, nos resulta hoy una herramienta necesaria para toparnos con el fenómeno que describe Caparros, que en concomitancia y a la vez, genera otro fenómeno que es la venta de una mercancía periodística supuestamente progresista que contiene dialécticamente la virtualidad del parasitismo social y la postración de amplios sectores de esa estructura comunitaria. Por eso acudimos a él para cerrar este texto solo por su naturaleza y nunca por pretender dar por terminada la cuestión. El testamento de Trotsky significa, ante todo, un testimonio del inmenso capital político que hoy representa la herencia del viejo dirigente revolucionario asesinado:

Fui revolucionario durante mis cuarenta y tres años de vida consciente y durante cuarenta y dos luché bajo las banderas del marxismo. Si tuviera que comenzar todo de nuevo trataría, por supuesto, de evitar tal o cual error, pero en lo fundamental mi vida sería la misma. Moriré siendo un revolucionario proletario, un marxista, un materialista dialéctico y, en consecuencia, un ateo irreconciliable. Mi fe en el futuro comunista de la humanidad no es hoy menos ardiente, aunque sí más firme, que en mi juventud.

“……Natasha se acerca a la ventana y la abre desde el patio para que entre más aire en mi habitación. Puedo ver la brillante franja de césped verde que se extiende tras el muro, arriba el cielo claro y azul y el sol que brilla en todas partes. La vida es hermosa. Que las futuras generaciones la libren de todo mal, opresión y violencia y la disfruten plenamente.”

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