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Nuevo Curso

EL FIN DEL MITO DE LOS CUADROS

Nuevo Curso 27/10/2023

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La palabra mito admite muchas significaciones y debe ser leída en referencia al contexto donde es empleada. Básicamente y para el objetivo con el que la selecciono, remite a una narración maravillosa situada fuera del tiempo histórico y protagonizada por personajes de carácter heroico.

En este caso, el mito que perduró todo el tiempo desde la producción de un hecho al que se le asigno virtualidades y potencialidades mágicas fue la escena coordenada, sumamente conformada, de la orden de Néstor Kirchner a los edecanes del ejército para que ejecuten el retiro de los retratos de los presidentes militares habidos y por haber durante la dictadura cívico-militar genocida.

Ese difundido acto, trajo consigo el desenvolvimiento de una dialéctica discursiva reivindicativa en el relato de los jóvenes de la década del 70, al punto de llamarla generación diezmada y bajo ese amparo la ponderación del rol de Raúl Alfonsín en la gesta democratizante que habría terminado con ese “infierno” que según el mito habría iniciado Videla.

Paradójicamente en todo el desenvolvimiento durante el año de la farsa constituida en proceso electoral, emergen finalmente los factores que terminan de dar el golpe letal a ese relato mitológico, sin que hubiera ya, necesidad de seguir luchando contra él. En particular cuando se permitió meter el genocidio en escena resucitando el planteo de la existencia en paralelo de víctimas de la “subversión”, que incluso el poder judicial con pronunciamiento de tribunales superiores había sepultado y simbólicamente se denostó a la usanza de la dictadura genocida cuando definía al sujeto del enemigo en una parte a la organización Montoneros.

Precisamente es Milei y la propia Bullrich ante la presencia silenciosa de Schiaretti, Massa y Bregman, y para el pueblo que lo mira por tv, quien destruye y reubica el discurso de los cuadros cuando acusa a Bullrich de Montonera asesina de niños.

Es ahí cuando negando la pertenencia a la organización y permitiendo que se la ubicara el diseño ideológico que define a montoneros  como un grupo político despiadado , que los cuadros volvieron a subir y se reubicaron en la pared, mostrando el entramado farsesco de una trampa montada para dar plafón a un gobierno que había asumido sin votos y por la renuncia de otro candidato, luego que la economía colapsara con hambre y miseria para los trabajadores  , y que se asesinara a los manifestantes en las calles del país.

Bullrich no hizo otra cosa que lo que hizo en la vida. Negó el campo político donde se desenvolvió en su juventud y adquirió el discurso imputativa de la propia dictadura, con la sola salvedad de negar toda relación con esa vertiente política y mucho más con el resultado muerte que se le asignaba.  Los hechos que operan luego de la primera vuelta del circo electoral hablan por sí mismos en relación a esta escena.

Basta decir, y solo abastecidos por el mínimo de honestidad intelectual, en tanto no comparto el sesgo ideológico de quienes murieron formando parte de esa organización o fueron torturados por pertenecer a ella, que Montoneros no colocó bombas indiscriminadas, no mató deliberadamente niños, ni tuvo nunca métodos terroristas en sentido estricto, más allá de que siempre se desenvolvió en espacios de lucha defensiva contra dictaduras militares.

En paralelo y siempre en el escenario de destruir por imperio de la crisis económica y política del sistema, todo atisbo de ilusión democrática, Massa y Schiaretti, que se abastecieron del caudal electoral del peronismo sea nacional o cordobés, se ocuparon de aclarar que se solidarizaban sí con un Estado Terrorista como Israel espacio que se sumaron con gozo Bullrich y Milei. Allí en Gaza si, que mueren niños y por bombas, pero son bombas que lanza un Estado contra un pueblo, en espacios de absoluta indefensión, pueblo al que además se mantiene encarcelado a cielo abierto desde hace años.

Por último, si de hablar de niños se trata, habrá que recordar con la recuperación de nietos en el tiempo, como trataba la dictadura genocida a la infancia en sus procedimientos, factores por los que no se horrorizó ninguno de los ulteriormente votados en forma mayoritaria, a pesar que incluso en una de las listas uno de los hoy ministros del gobierno peronista daba testimonio con su vida de tales circunstancias.  

Los resultados electorales muestran con rigor de evidencia el fracaso de ese esquema Kirchnerista, para poder reivindicar las ilusiones democrático-constitucionalistas con la que se llenó la boca el discurso K mientras hacía pasar las recetas del capitalismo financiero en nuestra sociedad y exaltaba al capitalismo en sí como la única alternativa, incluso para “los pibes por la liberación “que hoy no saben en definitiva de qué liberarse.

Lo cierto es que hoy el 95% como mínimo de los 74% de votantes, licuaron el discurso y se pronuncia sin lugar a dudas por una política de mercados, la más básicas del liberalismo capitalista y la vigencia de ese orden social. Es claro que, para el conjunto de esta masa de votantes, no interesa que simbolizaban los cuadros a mas de 40 años de los hechos que protagonizaron quienes dirigían y ordenaban esas prácticas genocidas de exterminio de la juventud trabajadora.

El 95 por ciento que integran los votantes del domingo coinciden en enterrar abierta o indirectamente a la vicepresidenta que se refugia en la casa política de un afín y toda la podredumbre aparatosa y policial de la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, esta no se retira sin dar batalla precisando a los p periodistas que la entrevistan que ella es “hija de las dictaduras” y no como sus entrevistadores “de la democracia”. Es un intento de hacer prácticas de reanimación del muerto que en el tiempo hizo campaña diciendo que con la democracia se come y se educa

Hoy esta claro que para los votantes está claro que son las variables del mercado las que deciden como se vive y a quién le toca pagar la crisis de reproducción del capital.

Todo esto impone una premisa. El fin del relato de los cuadros, impone otro espacio de superación diverso al mercado, que es la definición-construcción de política obrera en sentido de una política de clase, negadora y superadora del mercado, poniendo en la escena no un discurso de derecho y políticas estatales donde se refugia en su dominación, la burguesía. Hay que contraponer una política de clase desenvuelta desde la conquista de las organizaciones sindicales y todas otras vías posibles, con los métodos propios de los trabajadores y la organización desde esa experiencia de lucha de un partido de la clase trabajadora con objetivos revolucionarios indicados por el programa socialista y la hegemonía político-cultural del poder obrero.

Cambiar el mundo

No era lo que ellos querían.

El brillo de una placa con sus nombres,

El recuerdo emocionado hasta

las lágrimas,

la reivindicación individual,

el pasado olvidando el presente.

No es lo que ellos querían;

su nombre en las calles,

la foto de sus sombras.

Ellos buscaban cambiar la vida.

Ahora, apenas nos conformamos

con sus nombres puestos en labios oficiales.

Ellos querían más, y el viento

y la sombra digna

y la vida cambiando,

la riqueza en otras manos

y los sueños sin freno

y la belleza de un hacer generoso.

Ellos querían la revolución, ese eterno sueño

Que no puede cambiarse por dos palmadas en la espalda

Ni por dos discursos

Ni por un cuadro quitado de una pared

No querían museos

Ni banderas con sus nombres

Apenas deseaban cambiar el mundo entero

Cambiar el mundo.

Ese es el único homenaje

que les debemos

Mariana Caballero