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Nuevo Curso

¿ Y AHORA? UNIDAD NACIONAL DESDE EL PODER BURGUÉS VS. FRENTE UNICO DE LA CLASE TRABAJADORA

NUEVO CURSO

La clase trabajadora luego de haber luchado contra la dictadura cayó presa de la maniobra democratizante encabezada por la socialdemocracia alfonsinista, ulteriormente sostenida por el peronismo cafierista.

El desarrollo de la lucha de clases tuvo en 2001 luego de la experiencia menemista y su pretensión de consolidación hegemónica como expresión de la dominación de la burguesía de conjunto, con la reformulación del orden constitucional, y desde la transición delaruista , a la salida de la convertibilidad y sus nefastas consecuencias para los asalariados, pese a las intensas luchas de calles , se marcó una situación fundamental desde el punto de vista subjetivo marcada por la constatación de que  los explotados y oprimidos no  pudimos hacer que  de esa rebelión en ese y otros  levantamiento el basamento para una tendencia consciente hacia el desencadenamiento de una revolución social que diera fin a las causas de la desocupación, la pobreza, la entrega, instaladas en la relación capital-trabajo y la reproducción del capital.

 Lo cierto, es que las reformas que instalaron estructuras e ideologías propias de la visión liberal de las determinantes económicas y los espacios macroeconómicos tomaron cuerpo a partir del Plan Celestino Rodrigo, con María Martínez de Perón y se proyectaron  desde la dictadura cívico-militar  pasando por  Menem hasta nuestros días con diferencias puramente accidentales pero nunca relativas a lo sustantivo que es una sociedad sostenida en el individualismo, la consideración de las relaciones sociales como de mera competencia en mercado , haciendo de éste el centro en torno del cual gira todo el entramado de la sociedad civil y el Estado.

 Hoy el triunfo de Milei no es un referéndum de esos lineamientos por parte de la población y mucho menos un aval político de la clase trabajadora. Por eso, porque el voto no expresa una coincidencia ideológica sino exclusivamente el común denominador del agotamiento de un modelo político y cultural de dominación.

En sentido inverso, es la imagen construida como un producto mercantil de Milei, la que, si expresa la condición de portavoz y pregonero social de esa ideología liberal monetarista, desde la cual el operador político concreto, con el resultado electoral en la mano, reivindica esa política y promete llevarla a fondo.

El grupo construido a partir de particulares intereses económicos con negocios específicos en puertas que , se constituyó en  constructor e  impulsor del electo presidente Milei con alta presencia del capital financiero internacional , propone una reforma de la estructura del capital en Argentina, con fuerte presencia de la superexplotación intensiva de la fuerza de trabajo para mantener la cuota de ganancia en el sector del capital industrial, la aplicación de ese plusvalor en la especulación financiera y la restricción de gastos e inversiones estatales con propósitos de compensación social por el incremento de desigualdad en la vida relacional.

Con ese objetivo uso el formato electoral como el estadio donde se libró una desigual contienda por la definición de una nueva hegemonía del capital con otros paradigmas que le resultan funcionales a su existir.

Parte de esto, esta implicado en las exageraciones de los usos del mercado que planteó el propio Milei en campaña y de los que nunca se desdijo pese al dibujo que le impuso el macrismo en su carácter de su socio de última hora. El énfasis puesto en el mercado para inclusive autorizarle la venta de órganos haciendo prevalente la ley de oferta y demanda, solo tuvo y tiene el objetivo de sobredimensionar la omnipotencia y omnipresencia del dios dinero y su capilla Sixtina, el mercado.

Quienes participaron de la farsa electoral, acompañaron este espacio ideológico de una u otra manera, en tanto el Massismo como última versión del ciclo desde el peronismo, nunca puso en duda la prevalencia del capital y su condición de modo de producción generalizado de mercancías. Incluso Cristina indicó con tiempo que el capitalismo era la única posibilidad de orden social y a la izquierda “la pared”

Lejos de desvanecerse la opción programática de la Unidad Nacional por la que se quiso constituir en abanderado Massa, lo que ha sucedido es que hay un voto mayoritario para esa “unidad nacional”, detrás de la cual se alinea todo el arco político y la burguesía que añade tras de sí a los sectores medios solo confrontada por quienes no fueron a votar o votaron en blanco.

Sin embargo, las proporciones del voto afirmativo por la “unidad nacional” ha dejado en manos de un sector de la burguesía la definición programática de su contenido sensiblemente marcada por el liberalismo como ideología totalizadora del orden social capitalista.

Esto hace que pueda caerse en un mecanicismo si se piensa nuevamente en el peronismo como movimiento aglutinante para dar otro sentido a esa unidad. Las experiencias del sector K, luego de la victoria de Macri y la de los burócratas que gestionan los sindicatos muestra ya un antecedente de como se perfila esa fuerza frente a la realidad y como excluye de sí toda intención estratégica de superación de lo dado por vía de la lucha social.

La libertad avanza- el viejo PRO reconstituido en torno a Macri son los operadores políticos del sometimiento total al capital financiero, alineado con EE.UU. e Israel

 Milei es un producto de este régimen político, agotado, no un enviado del cielo, sino por la clase social dominante en un momento particular de la reproducción social del capital, marcada por incontables obstáculos que lo sitúan en el contexto de una crisis más significativa de una mera crisis cíclica.

La mayoría, de los  trabajadores que no asumieron la opción de repudiar el régimen capitalista y su forma política estatal, por vía del voto en blanco o, la abstención o la impugnación , lo hicieron sin embargo para  decirle a la gestión política de esa clase que están  cansados  de tanto verso, de tanta cobardía, sometimiento y entrega, que ha destrozado los salarios y las jubilaciones, con una inflación que supera el 140% anual, y precarización de las condiciones de vida y de trabajo, permitiendo el saqueo del país por un puñado de empresas. No es ese un síntoma de derechización de la sociedad si cabe la metáfora, sino de todo lo contrario. Es la base de una sociedad que resquebrajada busca un nuevo relato totalizador superior al actual.

También hay un significativo mensaje de la juventud trabajadora que se para desde su presente sin futuro, como trabajadores desprotegidos y excluidos de condiciones dignas desde las propuestas de la economía regular y formal. También indirectamente expresaron su, hartazgo hacia todas las formas de burocracias sindicales, piqueteras y políticas que entregan los convenios, que ahogan las luchas, y que han garantizado la gobernabilidad de Alberto Fernández y antes de Macri.

En las voces de esos jóvenes frecuenta la palabra “cambio” Puede ese término y su variable significado ser emparentado con el conservadorismo derechista y la defensa de los privilegios.

 Los reformistas que se dicen socialismo, son fieles al relato peronista que buscan se transforme afanosamente en progresista y por eso le siguen aún en la derrota, no reconociendo responsabilidad alguna en lo que sucede  

La nueva administración del Estado, por vía del aparato que acompaña a la imagen de Milei, no es un cambio de modelo, es llevar a fondo el modelo de sometimiento y entrega que se aplica desde hace 50 años.

El FITU desdeñando la posibilidad abierta de cuestionar al régimen capitalista por sus fundamentos y expresiones políticas, prefirió acudiendo a su interés de aparato cooperativista electoral, seguir haciendo culto de las elecciones y el parlamento como si fueran instrumentos legales vacíos de todo contenido de clase.

Esa opción, agravada por las determinaciones asumidas en la segunda vuelta electoral, le condicionan sustantivamente para asumir ahora una confrontación abierta que no respete la famosa ley de los 100 días que ha dejado establecida como costumbre para el gobierno electo la cultura política burguesa.

Hay un camino a recorrer relativo a la organización partidaria de la vanguardia de los trabajadores superando el FITU afirmando el agotamiento de esa experiencia encarando esa actividad desde la lucha programática por el objetivo estratégico del poder obrero y socialista. Es fundamental conquistar la independencia política y organizativa de los trabajadores respecto de toda formulación de la burguesía, sus partidos y sus instituciones.

 La clase trabajadora está habilitada por su historia de lucha para ponerse a la cabeza de la resistencia a esta nueva “unidad nacional” refundante de la hegemonía de clase con un programa de corte capitalista basado en la superexplotación de la fuerza de trabajo, defendiendo salarios y jubilaciones. Esa tarea altamente significativa y compleja, impone entre otras tantas tácticas las que conducen a la superación de las direcciones sindicales burocráticas que contribuyeron a que un Milei pueda ser presidente, definiendo un programa de clase y una organización autónoma de toda vinculación con algún sector de la pequeña burguesía.

En esa dirección clasista, y socialista, la tarea es entre otras acciones concretas, preparar el frente único para la lucha, en defensa de las libertades democráticas y las condiciones de vida confiando exclusivamente en nuestros propios métodos de organización y lucha.

Para lograrlo necesita implantar un régimen de dictadura civil que haga visibles las ya negadas libertades democráticas y la eliminación lisa y llana de las garantías individuales frente al Estado, razón por la cual necesita de un acuerdo con la burocracia del poder judicial y sus intelectuales orgánicos encaramados en el partido judicial ese que nunca va a elecciones pero que siempre legitima su mandato sobre la población a través de la forma constitucional y jurídica.

 El libre mercado de Milei no existe, existen mercados altamente centralizados y monopolizados.

Su libertad es libertad para los monopolios y grupos más poderosos.

Milei no es lo nuevo. No surge originariamente, sino que es un producto de este régimen político, agotado hasta el hartazgo.

Los trabajadores debemos procesar profundamente esta situación, para evaluar cómo y de qué manera se pasa a la resistencia activa.

La militancia obrera contenida aún dentro de la cooperativa electoral FITU tiene frente a sí las consecuencias objetivas de su política de apoltronamiento en el Congreso sin denunciarlo, sin denunciar la democracia burguesa, sin combatirla, sin decir que las instituciones de la burguesía no se pueden reformar, que el capitalismo no se puede reformar, que es necesario expropiar los grandes medios de producción y que el único camino es la revolución social.

Los grandes capitalistas ya entendieron el mensaje y pasaron a la acción, el mismo lunes los principales proveedores de los supermercados entregaron listas de precios con ajustes del 35 al 40% en sus productos.

En este escenario es necesario preparar el frente único para la lucha, ya, en defensa de las libertades democráticas y las condiciones de vida confiando exclusivamente en nuestros propios métodos de organización y lucha. El frente único es la táctica de combate de la clase trabajadora en coyunturas como la que acabamos de describir.