
Desde hace tiempo, sucede en Argentina que la dispersión de la militancia y el impulso de diversas rutas de desarrollo de esa forma de actividad humana no solo se exhibe en amplias dimensiones, sino que también capitaliza frustraciones que se buscan invisibilizar para darles continuidad y a cada frustración, como los pulpos regeneran sus tentáculos con todo el efecto negativo que eso presupone.
Una de sus expresiones visibles por la utilización de instrumentos de comunicación, es el grupo Caja de Herramientas, núcleo de personas que, como guitarrero de peña, es capaz de tocar cualquier música, sea ella una chacarera, o el bolero de Ravel, sin que a nadie se le ocurra recusarle por sus calidades interpretativas.
Vistos en sentido amplio, los mentores de una pretendida “caja de herramientas”, que a la larga es solo una caja de desperdicios reciclados del Stalinismo derrotado, no en un discurso, ni en una tesis universitaria, sino por los hechos objetivos y contundentes que recauda la historia para enseñanza de las generaciones presentes y futuras, dicen que se proponen terminar con lo dado, aduciendo que lo central es advertir que no son lo mismo las categorías analíticas conceptuales , que una ideología que finalmente ha terminado siendo conocida bajo denominación de uso convencional, como el marxismo .
Siendo así y dado que Marx se ocupó de dar cuerpo al concepto de “ideología” básicamente centrado en la premisa de dar cuenta de la noción de “falsa conciencia que se tiene de un fenómeno o de algún objeto en sí” por las personas producto de artillería discusiva o acciones que se descargan metódicamente sobre él, lo que sigue de manera mecánica es sacarse de encima esa construcción específica llamada marxismo, en todas y cada una de las variantes que ha sabido asumir a lo largo de la historia.
Sin embargo, y pese a esa presentación, lo que se exhibe como ideología, es en realidad la versión historicista que durante mucho tiempo se tuvo de todo cuanto escribió e hicieron Marx, Lenin y en su defensa León Trotsky previo a ser perseguido por el mundo y asesinado finalmente por un sicario de Stalin y todo su aparato de inteligencia, donde no faltaron nutrientes hasta del propio campo de artistas y políticos latinoamericanos.
Dicho en otros términos, los fabricantes de cajones de herramientas dejadas allí por la historia y por su demostrada inutilidad ,han comenzado su taller de armado de bicicletas con serruchos y garlopas de carpinteros ,concibiendo a las aportaciones específicas de Marx como historicismo, es decir, como una concepción determinista de la historia, un conjunto de leyes de hierro – las consabidas categorías-que determinarían la marcha inevitable de la humanidad de conjunto hacia la línea del horizontes comunista.
Esta visión pretendidamente novedosa si se sigue en términos generales el desarrollo de las propias herramientitas que publicitan con sesudos comentarios unidimensionales y tan certeros como que cuando se le inflama la rodilla a mi abuela, llueve, en realidad tiene su genuino desarrollo, a partir de finales del siglo XIX, pero se la puede rastrear en el pequeño tratado que Stalin publicó en 1936 bajo el título Materialismo dialéctico y materialismo histórico, y hacemos esa indicación , en tanto son los propio gestores de estas intervenciones lanzadas a las redes y su máximo aunque oculto mentor de esta empresa, Santiago Armesillas, quienes se expresan con fotos trucadas del georgiano criminal genocida y lo rescatan de la forma que pueden y cuando pueden siempre con la intención de sentar desde ese rescate, los principios que preludiarían cualquier enfoque marxista ortodoxo de la historia.
Según los fabricantes de herramientas, entre cuyos últimos modelos se cuenta el serrucho de goma, no se debe pensar en el marxismo como un humanismo, capaz de fundar el proyecto de una sociedad mejor, sino como una “ciencia”, pero como las mayorías están familiarizadas con aquella primera versión negada, cuanto corresponde es abolir lisa y llanamente el marxismo en sí.
En ese orden de ideas, explican que Marx estableció las “leyes de la historia”, al demostrar que la evolución de la humanidad se basaba en el desarrollo de las fuerzas productivas, lo que habría llevado a todas las civilizaciones a pasar por cinco etapas fundamentales: la comuna primitiva, la esclavitud, el régimen feudal, el régimen capitalista y el régimen socialista.
Visto el fenómeno social desde esta perspectiva, se advierte el sentido teleológico de la publicación de estos documentos, que no es otra cosa que volver a denostar la teoría de la revolución permanente pese a su confirmación histórica en los hechos de la lucha de clases, en sentido inverso del mecanicismo de la revolución por etapas, el socialismo en un solo país, y la táctica de lucha contenida en el frente popular.
La marcha hacia el socialismo según los cajeros es inevitable, pero la posibilidad de su realidad solo se logra, mediante el respeto por las “leyes naturales” de la historia que exigen no quemar las etapas, y por tal razón por ejemplo, y según dice Santiago Armesillas por X, “Un verdadero hombre de alto valor es aquel que da su vida por su familia, sus hijos y su esposa. Es aquel que cuida a sus padres mayores, estén sanos o enfermos. Es quien lucha porque su comunidad tenga derechos sociales, quien combate la mentira y la infamia”. Es decir, una persona de alto valor, para ser un hombre, tiene que haber contraído matrimonio, tener un hijo por lo menos, vivir conforme a derecho, demandar derechos sociales y combatir la mentira y la infamia. Por el principio lógico de identidad, quien no tiene hijos, no contrae matrimonio, lucha por otra cosa que no sean las propias herramientas del capital intelectual burgués como lo son las categorías abstractas del derecho, y no piensa otra cosa que ajustarse a la alienación social en toda la línea, sin emprender tarea emancipatoria alguna, no es un ser humano. De ahí a la constatación de que estamos ante un comisario político y un perseguidor cultural no nos queda mucho por recorrer.
Preocupados por rechazar la violencia revolucionaria, y siguiendo a la mucho menos novedosa socialdemocracia, invocan las “leyes naturales” del materialismo histórico, afirmando que la verificación en los hechos de esa normatividad, conducirían a la humanidad hacia el socialismo, lo que hace superflua la idea de revolución en tanto irrupción violenta de explotados y oprimidos por el cambio social y la construcción de poder obrero. Por eso los gestores de este ser en el mundo no exhiben otra acción política que invitarte al “debate” o las fotos comiendo en una pizzería.

Uno de los propulsores de este cajón de utensilios peligrosos, hace público en ocasión de uno de los aniversarios del fallecimiento de Stalin se ocupa de ventilar una de las mentadas herramientas, escribiendo con forma apologética el rescato intelectual del georgiano. Sostiene por esta vía que:
“….. ningún revolucionario goza de tanta mala fama ni cosecha tanta propaganda en contra como Stalin (quizá se acerca Mao), que hasta soporta operaciones completamente falsas como la cantidad (exagerada) de muertos que se le atribuyen. Sin embargo, que sea odiado por la burguesía mundial puede entenderse. El tema es la concepción que la izquierda tiene de Stalin, en particular el trotskismo que lo caracteriza como contrarrevolucionario, traidor y funcional a la burguesía mundial. A tal punto que lo acusan de haber iniciado la «restauración capitalista» en la URSS o, como dice Astarita, que clausuró el carácter socialista de la revolución rusa ….”, para seguidamente agregar:”— si Stalin es contrarrevolucionario por burocratizar al partido y la revolución, pues le cabe esa etiqueta al propio Lenin e incluso a Trotsky (ver el X Congreso bolchevique). Si Stalin es traidor porque reprimió a fuerzas afines a la revolución y en su propio partido, pues también debe sumarse a Lenin (ver el caso del Proletkult, de Bogdanov y la Oposición Obrera) y a Trotsky (ver Krondstadt). Si Stalin es culpable de la «restauración capitalista», pues entonces ¿Qué le cabe a Lenin que promovió la NEP? Si Stalin es traidor, además, por haber «entregado» o «enterrado» las revoluciones fracasadas en Europa ¿Por qué no se culpa a Lenin de las derrotas en Alemania, Hungría, Italia, Finlandia y Polonia entre 1918 y 1922?( Gil Lezama en ocasión del 71 aniversario del fallecimiento de Stalin)
Este es el nivel de desarrollo de los gestores de la caja de herramientas. Nuevamente no hay necesidad de examinar el contenido de la premisa para advertir previamente que todas ellas tienen el sello de un discurso que no niega lo que se afirma por otros, sino que lo extiende y lo comparte a otros, con lo cual le hace flaco favor a “las categorías científicas de Marx” y se suma a la ideologización que dice debe descartarse.
El razonamiento no es otro que el que emplea un alumno de primaria o secundaria cuando es acusado de una presunta falta disciplinaria, quien ante el requerimiento , solo dice, “pero los otros- por su compañeros de grado o curso- , ellos también lo hicieron.
Dicho de otra manera, si los otros “también lo hicieron” quien así lo afirma, acepta en forma asertiva que él también lo hizo, con lo que las acusaciones que endilga al Trotskismo, no serían falsa, sino en el peor de los casos “compartidas” y a paso siguiente, en “el mismo lodo todos manoseados”
La propia invitación al “debate” exhibida en el formato de este producto de venta libre, debate que no es tal pues la propia definición contenida en este embuste de etiqueta montado en internet por la siembra en nuestras pampas dejada por Santiago Armesillas, determina su negación pues toda herramienta en su sentido más primario implica un instrumento que sirve para hacer algo o conseguir un fin y aquí por definición no hay finalidad sino “debate” es decir otro instrumento que tampoco explica el por qué y el para qué de ese “hipotético debate”.
Esta contradicción contenida en la misma formulación solo refleja la pretensión de contraponer pensamientos, abstracciones sin realidades donde verificarlas y sin indicación del “como sigue” después del debate, situación que se explica, porque ya hemos visto que lo necesario es quedarse en la casa, con la mujer los hijos y ocuparse del cuidado de los padres, mientras en los ratos libres luchamos por derechos, cómo y de qué manera, donde, “eso te lo debo”
Es la negación de la utilidad de la herramienta como tal la que ubica la cuestión como cuestión previa a cualquier encuentro sobre las teorías de los teóricos que terminan rindiendo culto encubierto a la cultura Stalinista, tan cercana a la religiosidad y tan lejos de la ciencia que contradictoriamente pregonan, ciencia que ya hizo su experimento dejando millones de muertos, sociedades enteras a la deriva y facilitando la globalización del capitalismo como orden social prevalente .
De manera entonces que la cuestión queda planteada de esta forma. Los cajeros desarrollan pensamiento abstracto al por mayor. Desde ese posicionamiento critican lo existente, omitiendo considerar que si existe es porque tiene un desarrollo que lo ha determinado a ser tal, con sus contradicciones y luego invitan al debate siguiendo los trazos de la teoría elucubrada y colocada en realidad al estilo del lecho de Procusto. Decimos entonces a los viajeros por estas rutas del entretenimiento en las rutas, que han de andar con cuidado pues existe el riesgo de ser mutilados por no dar en el modelo neo-estalinista que viaja en un baúl de herramientas manchadas en sangre y miseria.
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