
El gigante Tres Arroyos quiso hacer oídos sordos a la multitudinaria movilización del domingo pasado que reventó la Plaza Ramírez. En la audiencia del lunes volvió a la carga con su preventivo de crisis “trucho” (el negocio está creciendo) y el chantaje de despedir 400 trabajadores si no lo aceptaba. Agregó como argumento que si no había acuerdo cerraría la planta un mes, sin goce de sueldo. Terrorismo empresario, ilegal. El millonario De Grazia reconoce que “para ganar competitividad”, sus trabajadores tienen que aceptar rebajas salariales, flexibilización y despidos (o retiros “voluntarios”). Una de las cosas más escandalosas es la convicción descarada del empresario De Grazia de “comprar ese derecho adquirido”. Según la propuesta, cada trabajador tiene que aceptar ese recorte del 9% (que ya la empresa está descontando), o iniciar “reclamos individuales”. Para quienes no acepten, les querrá imponer un “retiro voluntario”.
Esta descripción, que transcribimos desde la pagina www.laizquierdadiario.com. no es otra cosa que una explicación sucinta, fáctica e ilustrativa de lo que implican las relaciones capitalistas de producción y el derecho vigente que forma parte constitutiva de las misma y no su mero reflejo, como constantemente la ideología pretende presentar en plano de apariencias a través de los discursos, incluso de aquellos que dicen enfrentar a las patronales.
Sin embargo, el diario UNO de Entre Ríos informa hoy 27 de febrero que:
Luego de casi una semana de la suspensión de la faena que agravó el conflicto, los trabajadores de la planta La China de Granja Tres Arroyos (perteneciente al grupo GTA en Concepción del Uruguay) acordaron aceptar la propuesta de la empresa que incluye un recorte de un plus salarial y un acuerdo de retiro voluntario para el personal que así lo desee
El problema específico, dejando en claro que esta nota no pretende hacer un comentario del conflicto en sí , como si se tratara de la intervención de un periodista deportivo en el entretiempo de un partido que aún no ha terminado de jugarse por completo, porque no es esa la función que se asignó este pequeño grupo de militantes al dar nacimiento a Nuevo Curso, con base en lo que Marx expresó en la Tesis XI respecto de la filosofía de Feuerbach, es dejar trazadas conclusiones de conocimiento con base en lo material y dejarlas expuestas a la consideración de aquellos que realmente se encuentran siendo sujetos específicos de un conflicto de clases dentro del estadio de lucha de clases en que se encuentra nuestra sociedad.
Con esa intencionalidad lo primero que advertimos desde la descripción hecha por el cronista de la situación en Granja Tres Arroyos ,es que para tomar conocimiento cercano a lo real del fenómeno no solo es preciso contar con la información real de lo que hace la clase dominante y una patronal específica cualquiera fuese su dimensión como propietaria de medios de producción y ubicar al derecho ,por ahora en su especie de derecho laboral componente de esa intervención patronal en la medida en que también la norma jurídica que se busca tome cuerpo sobre las acciones humanas, es un instrumento de esa clase, máxime si quienes están llamados a decir el derecho , es decir, a dejar en claro como interpretan los textos legales, son funcionario orgánicamente intelectuales de esa clase dominante.
A partir de allí todo parece indicar que los trabajadores están pugnando por avanzar sobre la posición dominante enemiga sin otra táctica que hacerse del fusil que porta quien se encuentra en esa atalaya. Es decir, los trabajadores están siendo conducidos a discutir normas jurídicas y los efectos de su aplicación al caso y no el carácter intrínseco de sus intereses que no son otros que permanecer en la relación de producción y en contrato por el cual con habitualidad vendían su fuerza de trabajo al patrón les abonaba un precio con forma jurídica salarial.
La determinación de la patronal de avanzar sobre la relación y modificar el derecho implícito en ella no es otra cosa que una acción de clase y no de cualquier clase , sino de la clase dominante cuyo Estado, es decir , la globalidad institucional de todas esas relaciones de producción no refiere cuestionamientos como tal, a partir de que el conflicto asume solo perfiles sindicales, economicistas dentro del orden burgués y no hay política de la clase trabajadora organizada en partido político de clase que apunte a trascenderla.
Por el contrario, lo que se ve es dirigentes nacionales de un partido golpeando un bombo o moviendo una pancarta y la representación grafica de esa imagen en fotos y videos expandidos por las redes, en particular el propio sitio donde está el texto que transcribimos . Sobre esa apariencia vertida sobre las paredes de la caverna se inscribe el discurso orientado a mostrar que los patrones burlan el derecho vigente y no cumplen con la norma, con lo cual ocultan por completo lo que es la dominación Estatal de clase y nuevamente la función que cumplen las normas jurídicas y los aparatos institucionales de poder dominante en la sociedad donde sobrevivimos.
No se trata de enaltecer al derecho apelando a una mala interpretación de la norma, sino de explicar pacientemente que ese fusil lo tienen ellos y que antes de hacernos de él con la lucha el portador disparará sobre nuestros cuerpos inertes, incapaces de haber generado nuestro propio armamento discursivo, político y de lucha concreta para nuestros objetivos emancipadores señalando con todas las letras al enemigo. Las armas de la crítica son las armas de la lucha, a condición de que la crítica sea de clase y autónoma a quienes día a día imponen el discurso.
La apología del derecho, permanente , consecuente y el derrotero irremediable de reposar en la institucionalidad abre la perspectiva de que el camino señalado por los que salen en las fotos para ver si en unos meses son reconocidos (por las fotos) en la rutinaria farsa electoral de medio tiempo solo inclina la cancha en favor de la patronal específica y de la burguesía de conjunto cuyos grupos internos podrán tener conflictos formales con la actual gestión de gobierno, pero tienen sumamente en claro, que la modificación de las condiciones de venta de al fuerza de trabajo y su producción en los hechos, debe ser modificada de una u otra manera, siendo fenómenos como los de este frigorífico los que se asumen políticamente y generalizadamente para marcar la cancha y dejar sin discurso al reformismo y al economicismo en un período de grave crisis de reproducción del capital.
Los trabajadores hemos de comprender por el conocimiento adquirido históricamente en las luchas de nuestro país, que una fabrica donde la iniciativa de parar la producción es de la patronal, no puede ser por ella sola, recuperada por un grupo de trabajadores acuciados por la falta de pago de su única fuente de ingresos . Ese objetivo solo se construye políticamente de conjunto como clase , y con un enfrentamiento generalizado contra la clase dominante que no tiene espacio de producción en tribunales ni secretarías de trabajo, por ser ambos instrumentos institucionales del poder burgués y la administración del gobierno de turno.
No se trata de señalar a Milei y olvidar a la burguesía y su poder como si nada tuvieran que ver el uno con el otro. No se trata de pensar que la lucha se da solo en una fábrica, un frigorifico o el lugar donde el obrera vende y materializa su fuerza de trabajo, sino de implicar al capital en crisis como su causa fuente y en relación, que el único camino es terminar con ese orden político-económico de dominación y explotación. No se trata de armarse en lucha , con armas melladas del capital como lo son sus normas jurídicas , sin explicar la variabilidad ideológica constitutiva de las mismas y su incapacidad estructural como instrumento de liberación social en manos de los trabajadores en lucha.
Hay que advertir , la globalidad del fenómeno. No se puede llegar al conflicto, expresar solidaridad y acompañar el derrotero sindical del mismo si a la par se esta diciendo que el jefe de la gestión gubernamental y su aparato político son estafadores, y que además violan la constitución nacional designando jueces. Si es así, esta claro que la constitución nacional “puede ser violada”, y que los que dicen lo que dicen la propia constitución y las leyes que en su consecuencia se dictan no son otros que los violadores en función de juez. Esto amén de la retórica imputación de todos los males a la burocracia sindical. Si ello es así , es claro que no es ese el camino y que al menos no corresponde seguir a ciegos que buscan enceguecer a los demás para guiarlos.
Nuevo Curso