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LENIN: Un fantasma que recorre el conflicto IRAN-ISRAEL

El diario La Nación, luego reproducido por otros medios nacionales e internacionales, destacó hoy sin mayores comentarios valorativos que el hijo mayor del último Sha de Persia, Reza Pahlavi, sostuvo este martes que el régimen islámico de Irán “colapsó” y que el líder supremo, Ali Khamenei, huyó como una “rata asustada”.
Sus declaraciones surgen mientras los ataques entre Irán e Israel se recrudecen y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, denunció que sus fuerzas militares y de inteligencia han podido establecer el actual paradero del ayatollah Ali Khamenei.
El heredero del Sha de Persia Mohammad Reza Pahlavi sostuvo en forma enfática y desde el exilio, que un “levantamiento nacional” sería suficiente para derrocar al régimen islámico.
Irán en lo referente a su forma de gobierno,es hoy una teocracia, esto es, una organización particular de la gestión del Estado, que tiene su sustancia específica en que su soberanía reside en la afirmación que la autoridad política se considera emanada de Dios, y es ejercida directa o indirectamente por un poder religioso, como una casta sacerdotal o un monarca.
La Revolución iraní, también conocida como Revolución islámica o Revolución de 1979, se refiere al proceso de movilizaciones en Irán que desembocaron en el derrocamiento de la dinastía Pahlaví y la deposición del sah Mohammad Reza Pahleví en 1979, quien tenía el apoyo de Reino Unido y Estados Unidos.
Dentro de las categorías analíticas desenvueltas por Marx y Lenin s, el estado y el orden social de Irán se pueden ubicar como un orden de dominación burgués con características de sustento de esa dominación cultural fundada en criterios religiosos islámicos prevalentes , aunque como indicamos no se ajusta a la definición clásica de estado burgués, donde la clase dominante es la burguesía por el la simple determinación de quienes resultan los dueños de los medios de producción y como tales se apropian del valor creado por trabajadores que ponen en acto su fuerza de trabajo.
Irán, como parte de esa complejidad que no lo hace ser un Estado en sentido clásico, y con parámetros democráticos propios de la modernidad en forma estricta , sí presenta una estructura de poder que protege y promueve el capital como relación social dominante , aunque ese modo de producción se incorpora en forma tardía con los efectos propios de esto último, es decir, el predominio de las corporaciones multinacionales, la amplia mercantilización y el consumismo, y la extrema desigualdad de la riqueza
. Sin embargo, la influencia de la religión chií y la figura del líder supremo (Guía de la Revolución) introducen una complejidad que no encaja completamente en la teoría marxista tradicional
Los paradigmas izquierdistas tradicionales proponen que Irán esta atrapado en un modelo de propiedad «semifeudal» o en su caso, que su desarrollo capitalista era «dependiente» del imperialismo.
Sin embargo si se utiliza el modelo analítico de Vladimir Lenin para el estudio del capitalismo en la Rusia zarista, puede decirse que Irán es capitalista, está desarrollando el capitalismo, es dictatorial, es en los hechos una forma de dictadura
Teniendo presente esto y cuanto dice el periódico que sostuvo el heredero del Sha ,estamos ante un príncipe autodeterminado en tanto no existe tal principado que sin proponérselo en lo más mínimo, ha venido a traer y considerar en forma tardía a Lenin, utilizándolo en su propio interés de heredero desplazado.
Así las cosas , no está demás tener presente en este tipo de situaciones paradójicas las posición de Lenin sobre las guerras en el capitalismo en su faz imperialista y de crisis recurrentes en sus Estados Nacionales para aventar su mal uso por su segmentación y extrapolación como ocurre en este caso, aunque si se tiene presente que lo que corresponde en Irán es una revolución contra el régimen . Para ello debe advertirse y tener presente que Irán es un país de régimen Autocrático donde las demandas de orden democráticas burguesas quedan inconclusas y exigen ser asumidas por el proletariado en revolución permanente al socialismo .
En ese sentido debe ponerse sobre la mesa de análisis , que Lenin expuso la necesidad de convertir la guerra mundial imperialista en una guerra civil: la contienda mundial debía servir para acelerar el proceso revolucionario tanto en cada país como internacionalmente.
Solo la revolución, que podía temporalmente conllevar un incremento en los combates más que su reducción, podía acabar con la raíz capitalista de la guerra . Lenin, sin embargo, iba más lejos y aspiraba a aprovechar la guerra para provocar levantamientos obreros contra sus respectivos Gobiernos o incluso auténticas guerras civiles.
Para Lenin, la guerra mundial era un conflicto imperialista, consecuencia natural de la última etapa capitalista y del deseo[139] de las distintas potencias por la supremacía, de la que el proletariado no obtenía ventaja alguna, que había que denunciar sin ambigüedad y convertir en una lucha contra la burguesía Iraní para eliminarla del poder.
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