En circunstancias como las que nos toca transitar, corresponde poner en juego , aquello que convencionalmente designamos como historia, más allá de su preciso alcance como ciencia. Es decir , viene a cuento, para entender y transformar lo dado referirse a una serie de hechos, tensiones, personajes, que tienen y han tenido una razón de ser y por ello no se han quedado en el pasado, por ello no son- ni han sido- estáticos en el tiempo y no desaparecen, sólo cambian de forma haciéndose diferentes o permanentes. Es de esta forma que el pasado no es olvido o simple acontecer, también es presente, que transforma, disputa, pervive, condiciona y genera sentido y significado:
En ese contexto también es posible acudir a la noción de pasado cercano que también convencionalmente, nos remite a un fenómeno social aún inacabado, abierto a las pasiones y las luchas simbólicas de diversos actores que pugnan por capturar y edificar sus sentidos a partir de apoderarse del rol de sujeto narrador . Se trata de una situación objetiva , con exterioridad puesta en grado de suceso, que aún permanece abierto e inconcluso, cuyos efectos en los procesos individuales y colectivos interpelan nuestro presente.
Todo este planteo abstracto nos marca sin embargo, la importancia de la relación pasado-presente, la reflexión sobre la historia reciente a partir de la dialéctica pasado- presente y es con ella que entendemos debe definirse la practica social y política en los tiempos que corren. Estos momentos, son espacios, que en todos los casos apunta a señalar la emergencia de un nuevo recorrido , un nuevo curso, que no es tal en sentido absoluto, pues remonta a tendencias abiertas en experiencias históricas concretas generadas en el pasado inmediato.
Recientemente y casi en una misma semana a los ojos de quien quiera ver se pudo observar, existir y transitar varias situaciones que a primer impresión no guardarían relación , pero sin embargo la tienen y en profundidad.
En primer orden la realización de una jornada de movilización-desmovilización encarnada por la estructura burocrática de las organizaciones sindicales de la clase trabajadora y en paralelo por las burocracias nacientes en el seno de las organizaciones sociales en las que se busca encuadrar a la población económicamente sobrante y a la construida a partir de la economía informal y estructuras productivas marginales y precarias, que sobreviven a través de la acción directa del Estado de la burguesía por vía de política de derechos traducida en subsidios.
El dato significativo de todo este fenómeno fue : dos marchas en paralelo que sin embargo vencieron las leyes geométricas y establecen intersecciones a partir de un planteo análogo que pone como centro al Estado en lugar de impugnarlo, limitado a la petición del desarrollo de medidas que importan en definitiva la enunciación de pretendidos auxilios que en su hipotético desarrollo , implicarán en futuro inmediato, más de lo mismo, pan para hoy hambre para mañana.
En segundo orden se produjo desde la gestión Mazza la designación del real ministro de economía, es decir, del sujeto que realmente encarna la gestión cotidiana de timoneo de la estructura económica del país, en una persona con perfil y antecedentes marcadamente ligados a las llamadas políticas de ajuste y la continuidad de medidas de ese tenor.
Es decir , en la calle piden auxilio para la angustiante contingencia que viven los trabajadores explotados y desde el palacio se le contesta con más ajuste y se les explica para quien quiera oír , que la reproducción del capital financiero exige imperiosamente de las mismas a cuanto diera lugar.
En tercer orden se produce la exhibición pública de la corrupción y se la ubica en contexto de un juicio penal, en su real función reproductiva del capital en una estructura económica y política atrasada y dependiente .
Se dice por un peón del tablero, un fiscal y por la vicepresidenta en discursos que pretenden ser antagónicos y materia del contradictorio que supone el litigio, que la coima, la extorsión, el cohecho y otras yerbas, devienen necesaria para los intereses de la burguesía de conjunto , a través de la pantalla del desarrollo de obra pública que le cuesta al pueblo trabajador el robo creciente y mayormente significativo del valor que genera en nuestra sociedad.
Es cierto que todo esto surge de una puja , pero el presunto enfrentamiento no deja ver otra cosa que una disputa interburguesa donde el capital concentrado busca despojarse de la participación que en el flujo de valor apropiado, pretende seguir manteniendo otro sector minoritario parido a partir de esa necesaria corrupción, y de todos los embustes financieros y especulativos posibles que se gestan a partir y en todos los casos del robo sobre el esfuerzo cotidiano del pueblo trabajador.
Finalmente y con alcance mucho más reducido pero igualmente significativo, de una y mil maneras se evocó el cincuenta aniversario de la masacre de Trelew, aún cuando se siguió proyectando ese episodio dramático de la lucha de clases ocultando efectivamente este carácter y el rol de combatientes por el socialismo de los caídos en la ocasión , mimetizándose incluso las significaciones que tuvo el hecho anterior a la matanza con referencia a la fuga de los presos políticos del penal donde se encontraban .
Los fenómenos reseñados por presentarse de manera conjunta y compleja nos dan cuenta de cuanto de farsa tuvo y tiene ese reciclaje de las juventudes de los años 70 hecho por el discurso K y los aparatos políticos gestados a partir del mismo, que trascendiendo más de dos décadas hoy vienen a exhibir su verdadero rostro y evidenciar cuanto de manejo ideológico conformador de falsa conciencia se instaló a partir de la juventud presente, que hoy muestra patético reproducir aquello de “los pibes para la liberación”.
Podrá pensarse que en definitiva esto no es significativo, pero eso implicaría un error si se toma en cuenta que ese formato diseño un camino que hoy muestra que llevaba al conjunto de juventud militante a un callejón sin salida y a una nueva frustración , con beneficio en última instancia del capital financiero que en definitiva con el armado de una pretendida grieta solo logró enturbiar la escena y facilitar la distracción en cuanto a los reales objetivos de transformación social que requiere nuestro tiempo.
El grado más elevado de significación que tiene el presente , por fuera del circo mediático, lo tiene la claridad con que el fenómeno en tiempo presente muestra respecto del FITU, que por debajo de una pretendida gordura salió a exhibir su raquitismo ideológico preñando de oportunismo y capitulación hacia lo que queda malherido del nacionalismo burgués. Carroña que busca comer políticamente sobre los restos de una farsa y se envenena en la ingesta.
El pasado traído como farsa, muestra su rostro. No hubo , ni mucho menos hay, anclaje posible con un pasado reciente que fue exhibido con un relato y no con datos objetivos . Se armó una suerte de reciclado de los dos demonios con estilo progre y se mostró a Cristina , Máximo, la campora y otros derivados como los continuadores de algo que no tenía realidad. A la vista están tras ese ropaje todos los armados políticos que se nutren por sus venas de dinero estatal mal o bien habido, pero claramente ajeno al mundo de la clase trabajadora y sus proyecciones políticas clasistas-socialistas.
No hay nada de las juventudes trabajadoras de la p rimer parte de la década del setenta del siglo pasado que tenga que ver con lo que nos toca vivir. Es por eso que ese esfuerzo de militancia revolucionaria inserto en nuestra historia, sigue vivo y no manoseado. Está allí en el ejemplo de los obreros cordobeses y los sindicatos clasistas, esta en el martirio de los caídos en las luchas de entonces y en el genocidio posterior. Está en la lucha de calles y las acciones armadas, en las comisiones internas, en los delegados de base, en el movimiento estudiantil. Ese pasado está y hay que retomarlo denunciando al reformismo y al oportunismo que hoy exhiben su decadencia y su labor por sobrevivir en un orden burgués parlamentario en crisis y con perfil claramente represivo.
Todo lo señalado muestra que estamos frente a una crisis que salta por todos los poros del cuerpo social . Hay puja en la burguesía por la definición del ajuste de la política burguesa a los perfiles formales que surgen de la reforma constitucional de 1994 y el diseño de un aparato estatal definitivamente direccionado a la facilitación de la realización del capital financiero y el sometimiento de la clase trabajadora. Existe además, el agotamiento definitivo y contundente de lo que pretendió ser una herramienta de lucha obrera y se transformó en una cooperativa electoral de aparatos sectarios autoreferenciados como partidos de los trabajadores. Las circunstancias llevan a la emergencia de un nuevo curso. Dejar la farsa setentista montada por la progresía k , y avanzar al desarrollo de una actividad política que recoja la enseñanza histórica de la juventud obrera luchadora de esa época con los métodos y herramientas de clase gestados en aquella experiencia, adecuados a los tiempos históricos que nos convocan.
Nuevo Curso