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Nuevo Curso

ROBERTO BOLAÑO EL DESAMPARO Y LA ANGUSTIA

NUEVO RUMBO

BOLAÑOS dice de sí mismo:

 Un poeta latinoamericano

  Un perdedor nada preocupado por el dinero

  Un hijo de las clases medias

 Un lector de Rimbaud y de Oquendo de Amat

 Un lector de Cardenal y de Nicanor Parra

  Un lector de Enrique Lihn

 Un tipo que se enamora locamente

 y que al cabo de dos años está solo […]

Roberto Bolaño  Avalos, fue conocido y gestó su público con esfuerzo a través de la narrativa, con su galardonada novela Los detectives salvajes junto con la también novela, 2666. Sin embargo, su primer libro publicado fue un poemario: Reinventar el amor, una modesta edición llevada a cabo en una imprenta artesanal en su Chile natal.

Ese aspecto de su obra, -el que lo posiciona en la poesía- no ha tomado adecuada trascendencia, al menos en el tiempo en que Bolaños nos ofreció su vida sensible

Hay en su trabajo en ese espacio, un punto de encuentro con la narrativa, fijado en una mirada atenta y crítica de lo que le rodea, el exilio, la política, el amor, la literatura… son rasgos definitorios. Hay mucho desamparo en sus poemas, con predominio de la angustia

   Tiene su obra un especial perfil en cuanto se refiere a marcar el especial volumen de dolor que tiene la soledad, en particular aquella que deriva del amor que se desea y que muestra su cara más oscura al carecer de reconocimiento en el otro. Un corazón que en repetidas ocasiones y de diversas maneras hace «crac». Hay en ello una suerte de genérica proclama hacia el lector, un mensaje que puesto en palabras manda: “emancipémonos de los imposibles, de todo lo que buscamos y creemos a veces que no hay y, peor aún, que no puede haber

No obstante, esta cuestión que puede implicar un contexto hincado en el personalismo, trasciende del plano individual, gestando en sus cimientos una visión crítica y combativa de la sociedad apuntando el duro arte de sobrevivir a cambio de excrementos en la que dice se ve imbricada la poesía a la que ubica en, una oscilación constante entre la vacuidad y el espanto.

 Tal vez, la síntesis de esa puja entre lo individual y lo social como contexto dialéctico de su existir, toma concreta definición en sus palabras y con ello no haya más nada que agregar, sino la necesaria reflexión sobre su vigencia en este presente aciago de miserias y banalidades, que envuelve la existencia humana.

Te alejarás

Te alejarás de ese coño sangrante

que primero se ríe y después plagia

tus poemas Tratarás de olvidar

la sombra la espalda que cocina

el bulto que ronca mientras tú

en la otra habitación escribes

Te dirás cómo ha sido posible

Ese maldito olor que sale de entre

sus piernas Su manía de lavarse

los dientes a cada rato Es cierto

ya nunca más te contará la misma

historia de psicoanalistas

 No más

largas películas heladas Sus gestos

de desolación El miedo que apenas

pudiste tocar con las yemas de los dedos

Habrá un día feliz en que te preguntes

cómo eran sus brazos sus codos

ásperos.

La luna rielando
sobre el pelo que cubre su cara
Sus labios que articulan en silencio
que todo está bien     Y todo
estará bien sin duda cuando aceptes
el orden de las tumbas   Y te alejes
de sus largas piernas y del dolor
Ahora tu cuerpo es sacudido por
pesadillas. Ya no eres
el mismo: el que amó, que se arriesgó.
Ya no eres el mismo, aunque
tal vez mañana todo se desvanezca
como un mal sueño y empieces
de nuevo. Tal vez
mañana empieces de nuevo.
Y el sudor, el frío,
los detectives erráticos,
sean como un sueño.
No te desanimes
Ahora tiemblas, pero tal vez
mañana todo empiece de nuevo.