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Nuevo Curso

LA VIDA . LA LIBERTAD. LA BARBARIE CAPITALISTA

NUEVO CURSO

El diario diseño de la agenda temática donde se definen las prioridades comunicacionales por acción mediática hace que   otros hechos, también ubicables en ese catalogo de la moralidad social dominante que implica el código penal, instrumento jurídico con el que el Estado de la burguesía se habilita para establecer la violencia con formato de castigo legal, ocurren en el cotidiano existir sin recibir difusión  

Es  así  que por fuera del aparato comunicacional , se pudo conocer a través de diverso voceros que más de  cien personas fueron rescatados en distintos operativos realizados en campos de las provincias de San Juan y Corrientes, donde estaban «en condiciones infrahumanas, dormían hacinados, sin agua potable, con hambre, sin baño y varios de ellos contagiados con sarna”.

En San Juan, «en la zona de Sarmiento, se detectaron 140 trabajadores traídos para la cosecha del olivo desde el norte del país por quienes se dicen contratistas. Esas personas eran establecidas en condiciones materiales de extrema vulnerabilidad, siendo además relevante que entre ellas fueron ubicados once niños. Todos ellos, Dormían hacinados en boxes de dos metros por uno y medio, sin agua potable

En tanto, en Corrientes, trabajadores forestales traídos desde la provincia de Misiones se encontraron en condiciones calamitosas, en medio de la plantación y sin comida por varios días

   Quienes se encontraban en tal condición, «desempeñaban sus tareas en varios establecimientos, lo que significa que la responsabilidad de su situación no es sólo del cuadrillero, como se denomina a quien sale a buscar trabajadores a otras provincias. También les cabe responsabilidad a los productores, a las empresas y al propio gobierno provincial, quien debe ejercer el control y el llamado poder de policía.

Marx enseña que la condición estructural de la relación productiva entre el trabajador “libre” (libre de coacción y sumisión personal) y la posición del propietario de los medios de producción bajo la forma productiva y social específicamente capitalista es una relación de producción resultado de toda una larga etapa histórica de luchas, robos, confiscaciones, estafas, deudas, etc. (acumulación originaria) para subordinar  a los trabajadores al capital, que se va gestando en el seno de la sociedad feudal. El capital, primero se monta formalmente en los modos existentes de trabajo y producción en la Europa occidental y las va socavando; luego, poco a poco, se vuelve realmente dominante con su propia técnica quedando el proceso de producción/reproducción social bajo el comando directo del capitalista. Se constituye así el modo específicamente capitalista de producción.

Siempre siguiendo ese orden de ideas, las consecuencias necesarias de esa afirmación nos llevan a entender desde la noticia de estos dos hechos y ese razonamiento, que cuando hablamos del trabajador libre ello significa que el hombre se explica a sí mismo como propietario de su fuerza de trabajo, y lo es en tanto diferenciación de las formas de producción anteriores conocidas, las de trabajo esclavo y trabajo servil.

Las modalidades opresivas en que se desenvuelve esa actividad, por más oprobiosas que fueren no ocultan, sin embargo, que bajo el capitalismo ya no existen aquellas formas de subordinación personal en las relaciones de producción en las que el hombre productor carece de entidad autónoma como sujeto de contrato, por tanto, como ente de juridicidad. Si éstas fueran las condiciones entonces no habría posibilidad alguna de relaciones capitalistas.

 El capital exige la contraposición de trabajadores que se presenten como dueños de lo que venden, que no es otra cosa que su habilidad específica para laborar en un contexto social dado   que en el caso que nos ocupa, da cuenta además de condiciones culturales que por su permanencia en el tiempo implican no otra cosa que la exhibición del atraso tecnológico de la estructura productiva, y la regresión social en el plano de las interacciones convivenciales que implica esa misma actividad.

La esclavitud cultural se muestra y gesta en la forma productiva y en la incapacidad de prevención de estas manifestaciones de la barbarie por el empleo del derecho penal. La agonía y caducidad histórica del modo de producción capitalista pone a la luz su incapacidad para reproducir los paradigmas de libertad e igualdad ante la ley.

En los casos que informamos, toda una faz de la producción rural, se visualiza resentida en su capacidad de gestación de mercancías con significativo detrimento de la condición humana. La impugnación del sistema de producción montado por los explotadores a cargo de las empresas agrícola-ganaderas que incluye a los dueños de la tierra  , debe hacerse precisamente sobre la modalidad capital-trabajo en sí  y no específicamente sobre las modalidades concretas y  las condiciones de reducción humana a servidumbre de otro  Esto es así, porque para finalizar con  tal modalidad productiva, no existe otro camino que la aplicación del programa socialista , con base en el poder obrero y el dominio sobre las tierras .

Dadas de esta manera las situaciones que comentamos implican síntomas del agotamiento social y político de un modelo de producción, que necesita recurrir a grados intensos de explotación que implican la degradación objetiva del ser humano a partir de su condición de productor de trabajo para prolongar su reproducción. Es esta grave constatación que emerge del cuerpo de un centenar de explotados la que impone el imperativo categórico de terminar con el Estado y el poder de la Burguesía que lo generan .No hay posibilidad de remedios reformistas a través de demandas de mayor poder de policía sobre esas actividades en la medida que esa suerte de reclamo se hace sobre el mismo instrumento opresor del poder burgués, razón por la cual lo peticionado naufraga en la frustración constante y no impide a futuro la reproducción de nuevas emergencias como las expuestas.

También es inocuo apelar al uso del derecho penal para amenazar con sanciones de esa naturaleza a quienes facilitan y producen estas acciones. Tal como ocurre  con los delitos urbanos que por estos días generan espanto en la población , la formación de un sentido común en torno a la necesidad de castigo punitivo para estos hechos que comentamos ,no habilita a pensar que con esa intervención se pueda  prevenir su probable reiteración , dada la matriz estructuralmente entrelazada  que ese proceder tiene con la producción material de bienes  y la apropiación del valor creado por los dueños de la tierra y gestores de esos emprendimientos esclavizantes.

La barbarie capitalista no se combate, ni se supera por la acción de las leyes punitivas en manos de la propia clase social que genera esas acciones oprobiosas al montar la forma en cómo se produce en un determinado momento y espacio del área productiva que dominan. Solo la conformación de poder obrero, la expropiación de los bienes de producción, y la aplicación de un programa estratégicamente socialista pueden hacer que dejemos un discurso puramente moralizante de repudio a estas situaciones y pasemos a la determinación política específica de gestar una nueva sociedad sin explotadore ni explotados.