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Nuevo Curso

LO QUE NO SE PIERDE ES LA ESPERANZA

En la construcción de conocimiento desde lo humano, los mitos jugaron y juegan un rol relevante, en este último caso a través de la persistente manipulación . Sin embargo ha pasado de generación en generación una suerte de relato tradicional para la explicación de mucho de cuanto nos sucede, en particular cuando nos enfrentamos ante el fracaso de aquello que nos esperanzaba.

Así las cosas, el relato mitológico desde Grecia dejó instalado que , los dioses le regalaron una caja o tinaja a Pandora -una mujer diseñada en barro por Zeus -, con las instrucciones de no abrirla bajo ningún concepto. Pandora atrapada por una sensación fuerte de curiosidad frente a la prohibición  tomó la decisión de abrirla  para saber  que había allí, pero al abrirla se escaparon todos los males y desgracias de la humanidad: la enfermedad, la fatiga, la locura, el vicio, la pasión, la tristeza, el crimen y la vejez. Cuando Pandora se dió cuenta, la cerró corriendo, pero lo único que quedó allí fue la esperanza, que es lo único que les quedó a los hombres para soportar tantas catástrofes y desdichas.

Trayendo las cosas a nuestra más cruda actualidad, es verificable que la catarata de accidentes que suceden dentro del fenómeno específico de la dominación burguesa sobre la clase trabajadora y la respuesta defensiva embrionaria de ésta , dejan ver en claro, corriendo el velo de la “agenda diaria” producida por la gestión de gobierno en el plano interno e internacional que está planteado desde explotados y oprimidos , el desafío esencial de  organizar el sentido de un ciclo revolucionario con una fuerte tendencia a su desarrollo con mayor velocidad en el seno de la lucha de clases.

Sin embargo  esa tendencia necesaria, cuenta  entre otros obstáculos con las dificultades que presenta un lenguaje político en descomposición que es dialécticamente aquel que se inauguró en los comienzos de este siglo y  que esta muriendo en nuestra existencia.

 Aquel relato discursivo emergente de  un presidente elegido con voto minoritario y otro que no pudiendo dar cuenta de su victoria en una segunda vuelta electoral decidió bajarse antes que ser derrotado.

Ese ciclo político inauguró una forma aparente en lo comunicacional  con prevalencia de los símbolos y el discurso prestado por otra generación que puso en realidad el sentido de la lucha por otra sociedad nacida de las ruinas del capitalismo, haciéndolo  previa recepción con beneficio de inventario para utilizarla en la formación de sentido y cooptación de la joven generación luchadora nacida desde los márgenes de la población económicamente sobrante que había dejado en las calles la política burguesa del relato menemista en la alianza con los liberales. En esa metodología se inscribe el tan celebrado discurso “tuve un sueño” pronunciado por Néstor Kirchner al asumir su primer mandato y por sobre todo el acto simbólico de bajar los cuadros de los presidentes militares del Estado que hizo rutina las prácticas genocidas sobre la población oprimida y explotada .

 La burguesía puesta en crisis por la revuelta del 2001 , aceptó bajar la persiana del menemismo-cavalismo tras la catástrofe social generada por este último dentro del gobierno de  Fernando De la Rúa , en plano de apariencia, guardar en reserva de permanente banco de suplentes a esa dupla , para  poner en escena al tándem populista Duhalde- Kirchner hasta que este último tomara vida propia haciendo que la muerte de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, y la sangre en las calles del 2001 pudiera ser lavada por este “nuevo rostro” de la opresión y explotación burguesa.

De esto queda la enseñanza para todos “los pibes para la liberación que tengan la amplitud de espíritu para ver y oir, que deja marcada una premisa fundante de lo nuevo por venir y en las acciones de lo cotidiano. Un orden político donde los oprimidos no pueden organizarse para transformarlo, si es que recurren para ello a  ceder la iniciativa o comportarse como meros espectadores simplemente seguidistas y acríticos ,  a “líderes” nacidos y gestados desde ese mismo orden que se quiere cambiar. La resultante de esa ausencia esencial de protagonismo subjetivo organizado, no puede ser otra cosa que la reconstrucción del orden político capitalista con nuevo rostro, superador de esa transición de la que se vió necesitado y obligado por las circunstancias de crisis estructural de sus relaciones productivas.

Con los cuadros en el piso , los jóvenes en la calle y el aparato institucional del poder burgués nos vendieron en asociación con amplios sectores medios, el horizontalismo, el trasvasamiento de las generaciones políticas, las ciudades futuras , los hijos, la posibilidad de un nuevo movimiento histórico liberador, y hasta socialismo del siglo XXI, con el famoso “AlCA rajo “, todo dentro de la estrategia de declaración de derechos subjetivos deslizados desde el Estado Constitucional de Derecho , es decir, mucho bombo, mucho dedo en V, mucha centralidad en el señalamiento de enemigos necesarios como el “poder mediático” y las políticas del odio, para en definitiva no  hacer otra cosa que rendir tributo al capitalismo al que se juzga “lo único posible” y depositarnos como furgón de cola , con un emisario concreto del poder burgués en su más clara versión, en una dictadura terrorista globalizada , que hace emblema paradigmático del derecho del Estado a la ofensiva violenta y simbólica sobre la clase trabajadora, en donde el intento mismo de subvertir esta situación equivale a traición.

Estamos frente a un fracaso anunciado de lo que no fue otra cosa que un fraude a las más sentidas expectativas de un pueblo reivindicando a una generación caída en la lucha directa contra el poder burgués en un estadio de lucha de clases impregnado de una fuerte tendencia al enfrentamiento armado necesario.

Sin embargo, ese fracaso de un segundo momento histórico que llegó como farsa, no puede por sí mismo ponernos en la enfermedad mortal de la desesperanza de la mano de intentar repetir un discurso político descompuesto y acudir nuevamente a un balcón donde una señora nos diga “que ella sí la ve” y nos diga “que es por ahí” por donde sigue un camino que la realidad exhibió como una calle sin salida para explotados y oprimidos.

La gimnasia precompetitiva  y las casi obligadas exhibiciones de la política de pantalla que durante años exhibió el conjunto de las organizaciones sociales de desocupados , se desmoronan como castillo de naipes día a día, dejando ver su verdadero rostro de un colectivo de personas en situación extrema desde el punto de la posibilidad de satisfacción de sus necesidades que es incapaz por definición de poner en crisis el poder del capital financiero en tanto no tienen posibilidad de quebrar la producción mercantil, al no estar inserta objetivamente en ese espacio esencial de la sociedad civil. Los presuntos caciques que se pintan la cara cada vez que toman rumbo por la 9 de julio , hoy se ven en la necesidad de afrontar procesos y mecanismos penales represivos conducidos por la teoría del delito , a la que siempre desdeñaron negando que la cárcel fuera una herramienta más del poder burgués en la lucha de clase. Hoy los guerreros buscan abogados y creen que con sus conferencias de prensa y otras herramientas melladas pueden detener una ofensiva de clases que los arrastra a la esterilidad política, sin perjuicio de que dentro de sus filas nazcan los brotes verdes del sujeto específico del fascismo.

La esperanza presupone un convencimiento de base razonada respecto de las posibilidades de que lo que anhelamos se realice. La desesperanza no es su superación sino simplemente su negación.

Contra esta tendencia que se deja ver por la base en una suerte de trastienda de las luchas producidas en estos últimos cinco meses, es que hay que luchar prioritariamente acudiendo a una certera crítica colectiva de lo ocurrido en las últimas dos décadas largas a nuestra clase social.

 Lo prioritario es construir con propaganda de ideas un concepto emergente desde lo real, que no es otro que aquel que marca que hay una manera de abrir una nueva esperanza que escapa del simple NO puesto de manifiesto frente a las políticas del poder burgués Estatal.

Una esperanza visible en la capacidad de movilización de humillados y ofendidos, que requiere de una organización política de clase absolutamente necesaria, métodos históricos de lucha de esa clase y del programa revolucionario socialista. El resto es la acción quejumbrosa o el discurso vació de la negación de lo que la burguesía hace. Lo posible es un programa en acción hoy. Una política clasista con sustento en las urgencias, necesidades y proyectos de la clase trabajadora y su tarea histórica de emancipación del orden social capitalista.

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