Nuevo Curso
Un aniversario significativo. Un hecho político da origen a la historia de un pueblo específico, complejo , convulsivo , doctorado, eminente y de cuarteto, con cultura popular propia, hecha de Belgrano, barrio clínica, cervecería, talleres ferroviarios , presuntuosa nueva Italia, institutos, otros tantos esfuerzos colectivos y paralelos degeneramientos burgueses que la llevan a firmar “pactos “ de opresión y explotación desde quienes lo dirigen por obra y gracia de la propaganda y el interés lleno de barbarie de la burguesía.
Se puede empezar narrando este proceso dialéctico de una historia específica con lugares comunes que sirven solo de introducción pero que en ningún caso llegan al hueso. Así que valiéndonos de ellos como lo que són , es posible decir que en cierto y limitado sentido, la historia de Córdoba es un relato de resistencia, participación en la independencia y evolución constante. Desde sus orígenes indígenas hasta su papel en la construcción de una nación independiente y su desarrollo como epicentro cultural y educativo.
La intención de esta nota supera entonces ese lugar común . Solo busca rescatar de la ideología eso del cordobés y el cordobesismo. Son dos categorías abstractas, vacías, cuyo llenado cual si fuera un bache, siempre es transitorio y reformulable. No existen en sí. Lo que si tiene realidad es la clase obrera que vive, lucha, suda, sufre, es transitoriamente feliz con un hecho colectivo y sobre todo no cesa de poner el lomo.
Es esa clase que se instala en una organización social básicamente conservadora, con marcada incidencia de la Iglesia Católica, para modificar su estructura y entroncar dialécticamente con ella. Es la clase capaz de hacer el Torino, como de fundar el primer sindicato clasista Sitrac-Sitram, a espalda del General Perón, la revolución argentina de Onganía y Lanusse y enfrentar a una multinacional de la industria motriz , como también de sopor tar las practicas genocidas de Menendez , y con la misma esencia obrera, darle la espalda al relato simulado del Kirchnerismo disfrazado para las fotos de setentista.
Es esa clase la que construyo la cañada, y todas las obras públicas que riegan la provincia, nunca reconocida porque a las inauguraciones solo van con sonrisa de dentista los burgueses y sus operadores políticos, que una y otra vez la traicionan en homenaje a la fundación Mediterránea que como su nombre lo indica también está en Córdoba y se parapeta tras la apropiación de valor que la fuerza de trabajo crea en Arcor y otros espacios financieros.
Hoy cuando se acude al calendario para celebrar un nuevo año de “la docta”, será mejor dar vuelta la mirada al aparato publicitario, mirarnos a nosotros mismos, esos que hacemos Córdoba todos los días y reparar en que sin los obreros cordobeses, y los nativos Comechingones, nada de esto que nos orgullece urbanística y paisajísticamente sería posible.
Como la historia pone la vivido en el hoy y lo proyecta a futuro , es ese mismo mestizaje de obreros explotados y el espíritu de nativos oprimidos el que traza el camino de una nueva Córdoba sin explotadores ni explotados, en comunidad social y con el socialismo como programa político. El resto , el espacio del recuerdo lo pone el arte, desde Rodrigo proclamando ser cordobez y andar sin documento por que le basta con el acento de su voz , los temas de la mona y el recuerdo de Los del Suquía que emparenta con nuestros viejos y abuelos.
Ciudad de mis amores, antigua y religiosa
La de la bella estirpe y casta doctoral
Te conocí asomando tus crestas al barranco
Del pozo que es el centro vital de la ciudad
Creciste al impulso de tus industrias nuevas
Dejaste en el recuerdo la Córdoba de ayer
El corralón de carros el Abrojal, La Bomba
Decile que te cuente si no es para volver
Lárgate hermano mío
Contale a tus muchachos
Costumbres y leyendas
Que yo no olvidaré
Los bailes en los patios
El mandolín, el arpa
La chispa del Cabeza
Recuerdos de mi ayer
El corso en San Vicente
El ciego de la flauta
Y aquel coche de plaza
Que se quedó de a pie
Recuerdas, buena amiga los años juveniles
La Córdoba de antaño de mi primer amor
Y aquel tranvía nuestro que se llevó el progreso
En el que tantas veces viajábamos los dos
Alcobas y balcones de estilos coloniales
Romántico escenario de un tiempo que pasó
Cuando te demolieron para ensanchar tus calles
Sentí dentro del pecho golpear mi corazón
La voz de Edmundo Cartos cantó tu serenata
El fuelle de Ciriaco fue su fondo musical
Y la guitarra criolla de don Cristino Tapia
Dejó para mi Córdoba su vals sentimental
Y la guitarra criolla de don Cristino Tapia
Dejó para mi Córdoba… su vals sentimental